Iniciamos esta sección de ‘Tu calle en Las Rozas’ con el único cometido de conocer qué historia esconde el nombre de la calle donde vivimos. La curiosidad nos invita a descubrir qué o quién está detrás de un nombre que, a diario, por una u otra razón, tenemos que desvelar a quien nos demanda dicha información.
Una pista a través de Twitter
Hemos decidido comenzar esta sección con una calle situada en El Montecillo de Las Rozas cuyo nombre es erróneo. La pista nos la proporcionó un vecino a través de Twitter (@rietveltt).
Se trata de la calle Concha Laos. Aquel tuit requería al Ayuntamiento de Las Rozas que enmendara su error, pues el apellido de esta poeta de mediados del siglo XX no es Laos, sino Lagos.

Y comenzamos esta aventura con ella porque, además, su protagonista estuvo ligada a Las Rozas al fallecer en una residencia del municipio.
El alma de Cuadernos de Ágora

Concepción Gutiérrez Torrero, más conocida como Concha Lagos, fue la editora de la revista Cuadernos de Ágora (1955-1964). Una publicación considerada como una de las más prestigiosas de mediados del siglo XX al dar cabida a varias generaciones de poetas. Concha Lagos fue el alma de aquella revista independiente en una época de represión. Gracias a su esfuerzo y empeño personal, aquella revista nacida en 1955, y que durante casi una década se mantuvo en la clandestinidad, contó con las firmas más relevantes del panorama cultural español de la posguerra. Incluso con aquellas que desde el exilio hacían llegar a Concha sus escritos. Rafael Alberti, Luis Cernuda, León Felipe, Juan Ramón Jiménez o Emilio Prados mantuvieron una estrecha relación epistolar con ella. Apostó por jóvenes escritores como Francisco Umbral, y Gerardo Diego o José Hierro fueron compañeros de viaje en aquel arriesgado recorrido, en una España donde escribir con libertad era toda una proeza.
Concha Lagos asumió su edición y cedió espacio a todos los poetas de su tiempo, fuera cual fuese su ideología. Concha solía decir que “en literatura somos muchos, pero hay lugar para todos” (Ana María Fagundo. Diario de Sevilla, 2015).
Aquella plaza pública que fue Cuadernos de Ágora era distinta a las demás. Dicen que la Historia de la poesía española no podría escribirse sin la colección de Ágora y sin el mecenazgo de Concha Lagos (El País. 8/9/2007).
Relegada durante la posguerra
Sin embargo, el papel de Concha Lagos en la promoción de la cultura independiente de la dictadura franquista durante las décadas posteriores a la Guerra Civil, quedó casi en el olvido. Parece ser que los manuales dedicados a la Historia de la Literatura Española la relegaron a un segundo plano. Por ello la Biblioteca Nacional de España catalogó y ordenó en 2018 más de novecientos documentos del archivo personal de Concha Lagos y de su trabajo al frente de Cuadernos de Ágora. La correspondencia que la escritora mantuvo con los poetas españoles que colaboraron en la revista tiene un valor incalculable para el conocimiento del mundo cultural de la mitad del siglo XX. Su obra, más de treinta libros entre poesía, narrativa, ensayos y obras de teatro se conserva en la Biblioteca Universitaria Reina Sofía de Valladolid.
Un salón literario en plena Gran Vía madrileña
Concha Lagos nació en Córdoba un 23 de enero de 1907. Siendo una adolescente se marchó junto a su familia a vivir a Madrid donde estudio Filosofía y Letras.
El gusanillo de la escritura lo cultivó desde niña, aunque no publicó hasta bien entrada la madurez. Aseguraba haber aprendido de los grandes: de Antonio Machado, de Juan Ramón Jiménez y de Luis Cernuda. Hilando versos, se casó con el arquitecto Mariano Lagos, de quien adoptó el apellido con el que firmaría sus creaciones. Tras el fin de la Guerra Civil, el matrimonio residió en un piso del edificio Capitol de la Gran Vía madrileña. Aquella vivienda se convirtió en un gran salón de tertulias literarias. Sus cuatro paredes rezumaban cultura al olor de un café poético antológico. Era cotidiano encontrarse allí a miembros de una de las generaciones sin parangón en nuestra Historia como lo fue la del 27. Concha Lagos abría las puertas de su casa a Vicente Aleixandre, Gerardo Diego o a Jorge Guillén, entre otros, para degustar con ellos LITERATURA en mayúscula.
15 años en Las Rozas
Concha Lagos pasó sus últimos quince años de vida en una residencia de Las Rozas. Falleció un 7 de septiembre de 2007. Tenía 100 años.
La calle que lleva su nombre es perpendicular a las calles María Blanchard, Elena Fortún y Mercedes Formica. Una pintora y dos escritoras cuyas vidas también merecerá la pena conocer.