En esta época del año es muy habitual recibir visitas de pacientes que han comenzado a toser de forma aguda. El motivo de consulta más común suele ser “parece que a mi perro se le ha quedado algo atascado en la garganta”. No te asustes, esto es poco frecuente. Sin embargo, seguro que en algún momento has oído hablar de la famosa “tos de las perreras”. Pero, ¿sabes realmente qué es esta enfermedad? ¿Conoces los síntomas? ¿Quieres saber cómo puedes ayudar a tu peludo? Te lo contamos. 

¿Qué es?

Nos lo cuentan nuestros veterinarios de la Clínica San Miguel, colaboradores en Meet Las Rozas.

La tos de las perreras es el nombre común para denominar una patología conocida como traqueobronquitis infecciosa canina. Antes también se conocía como complejo respiratorio canino

La traqueobronquitis infecciosa canina es una enfermedad altamente contagiosa que afecta a los perros. Es más frecuente encontrarla en colectividades donde viven grupos de perros de diferentes edades. El contagio se produce por contacto directo con aerosoles que expulsan los enfermos al toser. Por eso, aunque nuestro perro no haya estado en una colectividad recientemente, puede haberse contagiado con otro perro enfermo, jugando en el parque; o con las secreciones que éste haya podido dejar en alguna superficie. 

El nombre común hace referencia a las perreras, pero esta patología tiene una alta prevalencia en lugares donde se concentran colectividades de todas las edades y diferentes estados de salud: centros de adopción; hospitales veterinarios; guarderías; residencias caninas, etc.

Síntomas de la traqueobronquitis infecciosa canina

El signo clínico más frecuente es una tos seca. Esta tos va seguida a menudo de una arcada final y, en algunos casos, acompañada de secreciones densas de color blanquecino. Esta tos se produce como consecuencia de una inflamación de la laringe, la tráquea y los bronquios. 

En los casos más leves, el paciente presentará como único signo tos, pero podrá realizar su vida y rutina habitual. 

En casos más graves, la inflamación de estas estructuras predispone a una infección secundaria (neumonía) y podremos observar también signos clínicos asociados a una infección: decaimiento, fiebre, descarga nasal purulenta, intolerancia al ejercicio y anorexia. Si estos cuadros no se controlan, podría llegar a desencadenar la muerte del paciente. No obstante, los casos más graves sólo se suelen ver en pacientes muy inmunocomprometidos o cachorros sin correctos protocolos de vacunación. 

Etiología

Esta enfermedad es de tipo multifactorial. Es decir, hay diferentes agentes etiológicos que podrían desencadenarla. El más frecuente es la bacteria Bordetella Bronchiseptica, pero otros tipos de virus están presentes a menudo. Los más habituales son los parainfluenzavirus y los adenovirus y, en menor medida, herpesvirus y reovirus. 

En algunas ocasiones, podemos aislar otros agentes como Pseudomonas, Escherichia coli, Klebsiella, Pasteurella, Streptococcus, Mycoplasma. Aunque, sin duda, la combinación más habitual es el dúo B. Bronchiseptica con parainfluenzavirus canino. 

Diagnóstico

Aunque existen herramientas para aislar serológicamente los agentes, suelen conllevar un tiempo de espera prolongado, durante el cual el paciente podría empeorar. Por ese motivo, lo más habitual es que en la consulta se realice el diagnóstico teniendo en cuenta los signos clínicos y la exploración del paciente. 

Si tu mascota tiene tos, acude al veterinario para realizar un examen físico completo; así como las pruebas complementarias que considere necesarias para realizar el diagnóstico y encaminar el tratamiento de la forma más efectiva posible. 

La mayoría de las veces, se procederá también a realizar una radiografía torácica para valorar el estado del parénquima pulmonar. En los pacientes con bronquitis asociada, la radiografía nos permite ver una imagen compatible con “donuts” y/o “raíles” en el parénquima pulmonar (Imagen adjunta). Se corresponden con cortes transversales y longitudinales de las paredes de los bronquios que, en condiciones normales, no se ven y cuando las podemos visualizar es porque están aumentadas de tamaño (inflamación). 

Llegados a este punto, tu veterinario te informará de cuál es el protocolo de trabajo más apropiado para tu mascota. En casos en los que exista una complicación por infección secundaria (neumonía), estará indicado, si las condiciones del paciente lo permiten, realizar un lavado traqueobronquial para, posteriormente, cultivar la secreción y aislar el agente bacteriano que está provocando la infección. Así mismo, conoceremos el antibiótico para el cual el agente bacteriano ofrece mayor sensibilidad. 

Traqueobronquitis infecciosa canina

Tratamiento

El protocolo terapéutico se basará en el estado físico del paciente, sus signos clínicos y las pruebas complementarias. Es habitual el uso de antiinflamatorios no esteroideos en casos leves. 

En casos moderados, se suele recurrir a un protocolo de antiinflamatorios esteroideos con una apropiada pauta de descenso. 

En casos más graves, además, se emplearán antibióticos de amplio espectro de manera profiláctica para evitar sobrecrecimientos bacterianos cuando existe un alto riesgo de desarrollar neumonía. 

También es muy habitual que recomendemos sustituir el alimento seco por alimento humedecido o húmedo atemperado para evitar la sequedad en la laringe; así como evitar traumatismos directos en la zona cervical sustituyendo el collar por un arnés o petral. 

Prevención

Para evitar el contagio, es muy importante que el paciente enfermo permanezca en aislamiento (sin contacto con otros perros) hasta que el veterinario lo indique. 

Además, existen diferentes presentaciones de vacunas ante los agentes más frecuentes que pueden provocar esta enfermedad. Las vacunas proporcionan una inmunización activa, que permite reducir el riesgo de infección; así como reducir los síntomas clínicos y la excreción de los agentes infecciosos. 

Se recomienda vacunar al paciente durante los primeros 6 meses de vida y, posteriormente, incluir esta vacuna en el protocolo vacunal anual, sobre todo si va a pasar tiempo en colectivos. 

Clínica Veterinaria San Miguel