¿Qué es un soplo cardiaco?
Un soplo cardiaco es un ruido que escucha el médico mediante la auscultación y es ocasionado cuando la sangre pasa a través de las válvulas cardiacas. El nombre de “soplo” proviene de la analogía con el ruido que hace el aire al fluir por los labios ligeramente cerrados al soplar. Lo curioso es que las onomatopeyas utilizadas por nuestros profesores para que los alumnos identificáramos los dos ruidos cardiacos eran lub-dup. Para mí fue enormemente confuso, pues esperaba escuchar algo parecido a la onomatopeya en cuestión. Menos mal que tenía a mi lado a mi extraordinario padre, un pionero de la cardiología y roceño tardío, que me explicó perfectamente el significado de la onomatopeya.
¿Cuántas válvulas hay? El corazón tiene 4 cámaras, dos superiores (aurículas) y dos inferiores (ventrículos) y dos vasos de salida: la arteria aorta, que reparte la sangre por todo el organismo, y la arteria pulmonar, que lleva la sangre a los pulmones para que se oxigene.
Así, hay 4 válvulas (figura 1):
En la figura 1, se muestra un “corazón muy amoroso”, por tanto, fuera de la realidad, en la que se muestran las válvulas cardiacas.
- Las que se encuentran entre las aurículas y los ventrículos.
- Las que permiten la salida de la sangre hacia el organismo y a los pulmones.

Figura 1: esquema elemental, totalmente irreal, de las válvulas cardiacas
¿Por qué sucede un soplo cardiaco?
Para que el lector de Meet Las Rozas que no tenga formación médica lo comprenda, voy a exponer una analogía con una puerta de casa. Imagínese que un “manitas” ha colocado la puerta de manera que está un poco descolgada del marco y que cuando la abre tropieza en el suelo y cuesta abrirla. Pues bien, eso sería equivalente a lo que los médicos llamamos estenosis valvular, que no es otra cosa que “un estrechamiento (parte B de la figura 2). Ahora imagine que de nuevo el “manitas” al cepillar la puerta se ha pasado un “pelín” y le ha dejado un dedo de ancho con el suelo. Cuando esté cerrada la puerta y sople el viento, sobre todo pasará aire por debajo de la puerta. Esta anomalía valvular la llamamos los médicos insuficiencia valvular (parte C de la figura 2)

Figura 2: Ilustración esquemática de la estenosis de la válvula que “separa y une” la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo.
En la parte A, cuando se abre la válvula permite el paso fácil de la sangre. En la parte B, como la válvula no abre bien, la sangre se arremolina y al pasar hace un ruido (soplo de estenosis). En la parte C, cuando la válvula esta cerrada no permite el paso de la sangre desde el ventrículo izquierdo a la aurícula izquierda, pero cuando no cierra bien, se produce “regurgitación de sangre” (soplo de insuficiencia) hacia la aurícula izquierda.
Así explicado, un soplo puede ser preocupante: “Y si, según usted ha hecho esa analogía, un poco burda, ¿mi hijo tiene una puerta que no abre bien y, por consiguiente tiene un soplo cardiaco? No va a coger de las orejas al manitas de turno y decirle ahora me descuelga la puerta y me la arregla. Si la válvula está mal y provoca muchos síntomas mal asunto, se requiere una solución quirúrgica. Por suerte, no es frecuente.
¿Qué hace el cardiólogo para valorar el soplo?
Pues clasifica el soplo en función de lo fuerte que suene y lo gradúa. Y lo que es más importante, lo clasifica en función de si a través del examen médico (no sólo la auscultación) lo considera inofensivo (soplo funcional o inocente) o piensa que es consecuencia de que la “puerta o no abre o cierra adecuadamente (soplo patológico).
Muchas veces el problema médico-enfermo es de comunicación, porque si le dices a unos padres que su hijo tiene un soplo funcional, o se lo explicas o puede preocuparles. Ciertamente, los primeros son comunes en los niños y no requieren tratamiento alguno ni cambios en el estilo de vida. Incluso, en la mayoría de los casos pueden desaparecer en la edad adulta y el corazón tiene una forma normal. Los segundos, por su denominación ya son preocupantes, porque la válvula está dañada o existe algún orificio en las paredes que separan las dos aurículas o los dos ventrículos. No corresponde aquí señalar cuáles pueden ser la causas de los soplos patológicos. En definitiva, es una cuestión que le corresponde al cardiólogo
¿Puedo sospechar que mi hijo tiene un soplo?
Actualmente que, en lo que todavía se llama España, hay un servicio de salud extraordinario, es difícil que se escape diagnosticar un soplo cardiaco. Desde bebé hay un considerable seguimiento, de manera que es muy probable que el pediatra lo pudiera detectar y será el que determine si lo tiene que ver un cardiólogo pediátrico. En cualquier caso, la realidad es que la mayor parte de las personas que tienen soplos cardíacos no presenta síntomas. Otra cuestión, es que durante un reconocimiento médico se asocien a otros síntomas. Algunos, obviamente muy alarmantes:
- dolor en el pecho
- falta de aliento
- cansancio
- coloración azulada en la piel o las puntas de los dedos
- mareos
- desmayo
- En los bebés, falta de apetito y crecimiento anormal
Por tanto, aunque, reitero, es difícil que el pediatra no se dé cuenta, usted puede sospechar un soplo patológico si se presenta alguno de los síntomas reseñados.
El desarrollo de la tecnología, fundamentalmente de la ecocardiografía, ha ahorrado muchos quebraderos de cabeza. La ecocardiografía permite “ver” con una extraordinaria nitidez el cierre y apertura de las válvulas y el tamaño del corazón. En esta época de la facilidad de obtener información, tan positiva y, aunque resulte paradójico, tan negativa a la vez, por lo menos desde mi perspectiva docente, el lector puede consultar cualquier vídeo que se muestra en YouTube sobre ecocardiografía
¿Puede hacer ejercicio mi hijo diagnosticado de un soplo funcional?
De lo anteriormente señalado, parece obvio que si nuestro hijo tiene un soplo funcional no debe preocuparnos, pues no tiene ninguna repercusión médica. Se entiende, naturalmente, que nuestro hijo ha sido valorado por un médico experto en este tema. No tiene que ser, necesariamente, un cardiólogo. Un buen médico general está capacitado para valorar un soplo funcional y no ‘marear’ al Servicio de Cardiología de un hospital. Pero las preguntas inmediatas de los progenitores pueden ser: ¿Qué tipo de ejercicio? o ¿A qué intensidad?
La contestación es muy sencilla: cualquier tipo de ejercicio acorde a su edad y etapa de crecimiento y a la intensidad que corresponda con la condición física del niño. De hecho, como dato importante, hay atletas, por ejemplo, con insuficiencia de la válvula aórtica que han estado o están en la élite e incluso han sido campeones del mundo en un deporte tan exigente como el triatlón.