La definición de salud mental para la OMS es el estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades; puede afrontar las tensiones normales de la vida; trabajar de forma productiva y fructífera; y es capaz de hacer una contribución a la comunidad. Teniendo en cuenta las cifras de la pandemia, paro y aislamiento social, la cosa parece complicarse.
En ocasiones toca escribir artículos ciertamente incómodos por el impacto que pueda tener en según qué personas. Pero quiero compartir la publicación de una serie de estudios con los lectores y amigos de Meet Las Rozas. Lo cierto es que la pandemia, con los datos disponibles, no ha traído un aumento significativo de trastornos mentales en la población general. En mi opinión, ha disparado la sintomatología compatible con según qué trastornos. Sin embargo, de ahí a diagnosticarlos y etiquetar, hay varios pasos previos que debemos revisar. Sería necesario tener en cuenta el funcionamiento general de la persona, su nivel de sufrimiento y el contexto en el que se desenvuelve, entre otras cosas.

Más ansiedad y trastornos de la alimentación, según ANAR
Si tenemos en cuenta los datos publicados por la Fundación ANAR, se ha dado un aumento del 280% en la sintomatología de ansiedad y de hasta un 820% en trastornos de la alimentación. Basta acercarse a cualquier publicación estas fechas para desmoralizarlos con los aumentos de trastornos mentales. Sin embargo, es preciso recordar que la investigación y material académico disponible dado el tiempo transcurrido desde el inicio de la pandemia para poder llevar a cabo estudios longitudinales no es demasiado abundante más allá de titulares alarmistas.
Es completamente cierto que el confinamiento y la incertidumbre que trae consigo una pandemia tiene efectos sobre nuestra salud mental. Pero cabe preguntarse si tantos como nos hacen creer o si está justificada la intervención en salud mental con tanto alarmismo frente a lo que deberían ser políticas públicas serias y estructurales.
No es menos cierto que una inversión deficiente como la actual trae consigo consecuencias como el aumento del número de trastornos o una medicalización de personas perfectamente sanas. Además, en los casos más graves, la demora de asistencia es sencillamente inaceptable (véanse las evoluciones de los suicidios).
Según France Football, Messi ingresa unos 130M € al año. La inversión en salud mental inicial por parte del Gobierno para los próximos años es de 100M. Si tenemos frente a nosotros un barranco y ponemos miles de ambulancias abajo, es posible que se salven vidas, pero el problema permanece. Lo más sensato sería elegir otro camino o vallar la posible caída. Se trata de reducir el número de trastornos con medidas psicosociales y de educación previas a su aparición. Y, una vez aparezcan (porque seguirán apareciendo), disponer de una red pública sólida y eficiente. En cualquier caso, el público ha descubierto que existe algo llamado salud mental o bienestar emocional.

Datos disponibles
Vayamos a los datos de las publicaciones disponibles. La mayor parte del pastel de los trastornos debidos a la pandemia se la llevan la ansiedad y la depresión, como era de esperar.
La sintomatología depresiva se activa cuanto más miedo se experimentaba hacia la pandemia y sus consecuencias económicas. Curiosamente, no hubo niveles más elevados de depresión en personas que tenían factores de riesgo asociados al COVID-19 (es decir, diabetes, problemas respiratorios o cardiovasculares), ni en aquellos que habían tenido una experiencia directa con la infección. Los datos también indican que la ansiedad era más probable cuanto más temor general produce tanto la pandemia como sus consecuencias económicas1 (podría venirnos a la cabeza el personal sanitario que ha estado en primera línea durante todo este tiempo o quienes con empleos precarios tienen que salir a trabajar).
En otro tipo de estudios, se afirma que no se encuentran pruebas de un incremento de los problemas de ansiedad o depresión tras un año de seguimiento. Como era de esperar, el impacto más notable has sido localizado en grupos de adolescentes y personas vulnerables o con problemas de salud mental previos2,3
Finalmente, podemos concluir que los factores con una mayor incidencia para la aparición o agravamiento de trastornos mentales después de la pandemia (y en general) son los siguientes:
- Aspectos sociodemográficos como la edad, el género o la etnia.
- Presión económica y cargas familiares.
- Recursos: apoyo social y políticas públicas.
En el anterior artículo mencionábamos la carga física y mental que supone la desigualdad generada y potenciada desde las élites del sistema neoliberal. Una vez más nos encontramos con esta realidad: las personas que más han padecido en términos de salud mental los estragos de la pandemia son por un lado los jóvenes y, por el otro, colectivos de personas vulnerables (que se cuentan por millones). La enfermedad la sufre más la gente con menor nivel socioeconómico (María Grau, Journal of Public Health).

Referencias
- Valiente y colaboradores (2020). Estudio nacional representativo de las respuestas de los ciudadanos de España ante la crisis de Covid-19: respuestas psicológicas. Vida-Covid 2019. UCM. Recuperado de https://www.ucm.es/inventap/file/vida-covid19–informe-ejecutivomalestar3520-final-1
- Hyland P, Vallières F, McBride O, Murphy J, Shevlin M, Bentall RP, Butter S, Hartman TK, Karatzias T, MacLachlan M, Maguire R, Power JM, Spikol E, Daly M. Mental health of adults in Ireland during the first year of the COVID-19 pandemic: results from a nationally representative, longitudinal study. Psychol Med. 2021 Oct 11:1-3. doi: 10.1017/S0033291721004360. Epub ahead of print. PMID: 34629129; PMCID: PMC8564049.
- Shevlin M, Butter S, McBride O, Murphy J, Gibson-Miller J, Hartman TK, Levita L, Mason L, Martinez AP, McKay R, Stocks TVA, Bennett K, Hyland P, Bentall RP. Refuting the myth of a ‘tsunami’ of mental ill-health in populations affected by COVID-19: evidence that response to the pandemic is heterogeneous, not homogeneous. Psychol Med. 2021 Apr 20:1-9. doi: 10.1017/S0033291721001665. Epub ahead of print. PMID: 33875044; PMCID: PMC8111207.