La calle Ruperto Chapí se encuentra en el barrio roceño de Las Matas. La pista para hablar sobre ella nos la ofreció en bandeja @wachunever a través de Twitter, al apuntarnos que su padre le contaba de niña que, en tiempos de Maricastaña, cuando en Las Rozas “éramos tres gatos, si pagabas te ponían la calle a tu nombre”. Nos asegura esta tuitera que la actual calle Ruperto Chapí se llamaba antes José Pérez en honor a uno de los lugareños que vivía en ella.

Calle Ruperto Chapí en Las Matas

Para quienes desconozcan quién fue Ruperto Chapí, decirles que se trata de uno de los grandes compositores de la historia de la música española contemporánea. Hay quien dice que su influencia resultó esencial para músicos como Albéniz, Falla o el maestro Rodrigo.

Ruperto Chapí es a la Zarzuela como la Zarzuela es a Ruperto Chapí. Ese género chico tan español no se entendería sin su figura. Y el mérito es doble, pues quien le diera musicalidad al texto de La Revoltosa, obra cumbre de la Zarzuela, junto a La Verbena de la Paloma, comenzó a dedicarse a él por necesidad.

Con una partitura bajo el brazo

Ruperto Chapí vino al mundo en una de las tierras que más talentos musicales ha parido España. Nació en el pueblo alicantino de Villena un 27 de marzo de 1851. Y antes de aprender a leer ya sabía tocar la guitarra y solfear. Su padre, de profesión, barbero, fue su maestro. Con tan solo nueve años ya era uno de los niños que despuntaban en la banda de música de su pueblo, y recién arrancada la adolescencia, se puso al mando de ella.

Su padre lo tenía claro. Había un prodigio de la música en casa. La barbería no daba para muchas aventuras, pero debía invertir sus pocos ahorros en aquel ‘chiquet’. Y así fue como Ruperto Chapí, con el petate a cuestas, se marchó a la capital para continuar sus estudios en el Conservatorio. En Madrid malvivió de orquesta en orquesta. “No le llegaba el dinero. Acudía a la beneficencia para comer” e incluso “durmió en la calle más de una vez” (Oscar Calvé. Diario Las Provincias).

No desistió. Sabía de su talento para la música pero era aún más consciente de su tenaz personalidad. De su esfuerzo obtuvo el primer premio del conservatorio y con una beca pudo continuar instruyéndose en Roma, París y Milán, cultivando lo que mejor se le daba y lo que más le gustaba: la ópera. Le entusiasmaba Wagner.

La Zarzuela le cambió la vida

De regreso a España, la necesidad por sacar adelante a la familia que había formado junto a Vicenta, su amor de toda la vida, le conduce a componer zarzuelas y a colaborar con los grandes libretistas del momento, Arniches, Joaquín Dicenta o los hermanos Álvarez Quintero.

La zarzuela era en la España de la Restauración, la música pop de la época. El éxito comenzó a llegarle desde todos los rincones de España. Nunca olvidó la ópera y siempre se mostró receptivo a todas las vanguardias y generoso con sus contemporáneos. El crítico y musicólogo Justo Romero cuenta como Ruperto Chapí «ante el bochornoso boicot de casi todos, apoyó sin fisuras al genio ascendente Isaac Albéniz en su interés por dar a conocer, en la capital de España, sus óperas tardo románticas y de tintes wagnerianos.»

Impulsor de la Sociedad General de Autores

Ruperto Chapí, harto de los abusos de las casas editoriales y entusiasta defensor de la creatividad de los autores, impulsó la creación de lo que hoy es la Sociedad General de Autores (SGAE), proyecto que le trajo algún que otro problema a la hora de estrenar alguna de sus obras y a rechazar un libreto tan fundamental para la zarzuela como fue La Verbena de la Paloma, compuesta por Jesús Bretón. Sin embargo, con su tenacidad inquebrantable, consiguió a través de la SGAE que los autores cobraran por sus representaciones.

Sello de la FNMT

La Revoltosa: un estreno en la historia de la música

En 1897 Ruperto Chapí estrenó La Revoltosa, una de las obras cumbre de la Zarzuela, en el teatro Apolo de Madrid. Aquella creación lo situó como el más importante compositor de este género en España. A la premier asistió toda la sociedad madrileña e incluso compositores extranjeros. Fue el acontecimiento musical del año. Desde entonces, ningún estreno pudo hacerle sombra.

Ruperto Chapí  escribió más de 300 obras entre óperas, zarzuelas y música instrumental. A través de la zarzuela, la España de las postrimerías del siglo XIX y los albores del XX quedó reflejada como si de una foto se tratara.

Un adiós multitudinario

Ruperto Chapí falleció el 25 de marzo de 1909. Dicen que su entierro fue uno de los más multitudinarios de los que se recordarán jamás en la capital. Las muestras de cariño del pueblo español se dejaron sentir aquella jornada en las calles de Madrid. El cortejo fúnebre fue pasando por delante de los teatros Eslava, Real, Apolo y de la Zarzuela. En cada una de sus puertas se fue interpretando alguna de sus sonadas composiciones.

Cuentan que el mismo rey Alfonso XIII mandó un telegrama de pesar en el que se podía leer: “Gloria del Arte y gloria de la Patria” (Oscar Calvé. Diario Las Provincias)

Por suscripción popular, en el Parque del Retiro de Madrid se levantó en 1921 un monumento en su memoria.

Fuentes:

Real Academia de la Historia.

Romero, Justo. La huella de 150 valencianos. Diario Las Provincias

Calvé, Oscar: Ruperto Chapí, el villense que conquistó España. Diario Las Provincias, 2017

Ruperto Chapí: la esencia de la zarzuela. Web de RTVE

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