Paco y Ramón Puértolas, sacerdotes de Las Matas, nos dejan, se jubilan. Don Paco y don Ramón, vuelven a sus raíces aragonesas para continuar con su labor pastoral. Atrás dejan una parroquia, la de Las Matas, a la que han dedicado gran parte de su vida, convirtiéndola en una ‘comunidad viva’, un lugar al que acudir cuando las necesidades del alma y las terrenales aprietan. Una comunidad que les echará de menos pues su paso por Las Matas ha dejado huella. Ambos hermanos regresan a su Jaca natal. Allí crecieron, estudiaron y empezaron su trayectoria vital. Allí surgió su vocación, la que décadas después siguen practicando.
El domingo 26 de septiembre fue su despedida como párrocos de Las Matas. Dos misas, una de ellas celebrada junto a los más pequeños, con quienes siempre se han volcado. Y otra junto a las familias roceñas, pusieron el broche de oro a su gran labor en la parroquia de Las Matas. Ahora comienzan un nuevo camino. El emprendido hasta aquí forma ya parte de su memoria.

De Jaca a Las Matas
Paco Puértolas vino a Madrid a estudiar en la Universidad Pontificia de Comillas. Cuando acabó Teología y, Filosofía y Letras, regresó a su Jaca natal permaneciendo allí nueve años. Durante este tiempo estuvo en una parroquia y dirigió una escuela hogar con 125 internos. Después hizo la oposición a Magisterio y volvió a Madrid con la idea de continuar sus estudios. Sin embargo, fue entonces cuando empezó con su trabajo pastoral. Hace ya 38 años. Primero estuvo en la Parroquia Santa Catalina en Majadahonda hasta que entre tres sacerdotes crearon la Parroquia de Santa María, también en aquel municipio. Un 13 de octubre de 2002 se trasladó a la Parroquia San José de Las Matas, de la que ahora se despide.
Don Paco cuenta a Meet Las Rozas que ha estado pluriempleado en temas educativos: en el Obispado, en la Delegación Episcopal de Enseñanza, atendiendo a todo el profesorado de primaria de Religión de la diócesis, y lo que se conoce como ‘educadores cristianos’, hasta hace tres años.
Por otro lado, Ramón Puértolas, su hermano, fue párroco en Jaca y vino a Madrid como respuesta a las necesidades que en ese momento había en la capital. Su primera experiencia pastoral en tierras madrileñas fue en la Parroquia de Cristo Resucitado, donde estuvo alrededor de un año hasta que le nombraron capellán de la Universidad y delegado de Enseñanza. Desde entonces, ambos hermanos vivieron juntos en Majadahonda.
Vocación con los más necesitados
Don Ramón ha contado a Meet Las Rozas lo que supone para ellos su vocación y cómo la viven. Asegura que el sacerdocio es un servicio mediante el cual se atiende a las personas que lo necesitan. “En Las Matas hay 74 familias que vienen a esta parroquia a buscar comida, de las cuales el 95% son emigrantes”. Sin embargo, ésta es sólo una parte de su cometido. Por otro lado están la División Pastoral, los Sacramentos, la Catequética… “No se trata sólo de darles comida, sino de ayudarles en función a su situación”. Así es como Ramón Puértolas resume la labor que realizan como sacerdotes. Mientras, su hermano apunta que ambos son “dos personas que han estado toda la vida intentando hacer el bien”. Y añade que su misión es “vivir el amor fraterno con los más frágiles y, a veces, ser solamente instrumentos de la caridad que hacen otros anónimamente”.
Ante la pregunta de cómo resumirían su vida y su experiencia sacerdotal, su respuesta es breve y concisa: “muy feliz”. Aunque recalcan que ha habido momentos complicados y que hoy en día no es fácil llevar esa vida debido a las sensibilidades. Motivo por el cual les ha llevado a crecer en la capacidad de acogida, de escucha, de aceptación de la diversidad… Pero sintiéndose siempre realizados y felices con su trabajo.

De unas piedras a una comunidad viva y numerosa
“Paco y Ramón vinieron aquí y se encontraron un templo, sus piedras, y después de 19 años se van y dejan una comunidad viva, una comunidad muy numerosa. Han estado siempre disponibles, siempre con la puerta abierta. Incluso durante la pandemia aunque no hubiera celebraciones, mientras que las iglesias estaban cerradas, esta no”, asegura Carmen Bengoechea, ‘Carmenchu’, amiga muy cercana de ambos sacerdotes.
Durante los momentos más duros del Covid, la iglesia estuvo disponible para aquellas personas y familias que necesitaban ayuda. La parroquia de Las Matas dio alrededor de 70 comidas diarias durante los meses más complicados de esta pandemia. Además, emitieron todas las misas, incluidas las celebraciones de Semana Santa, a través de YouTube. Otra puntualización de Carmenchu es que “han conseguido que esta parroquia, que no es especialmente rica, sea extremadamente generosa. Las colectas aquí baten récords de la zona”.

La parroquia de Las Matas, una parroquia en constante movimiento
La parroquia de Las Matas ofrece varios servicios y ayudas a todos los vecinos y a todo aquel que quiera acudir a ella. Es una parroquia que ha organizado campamentos todos los años y uno de sus éxitos es la Catequesis. Cuando don Paco y don Ramón llegaron a Las Matas había dos catequistas y tres niños preparándose para la Primera Comunión. Este año han sido 250 los niños que han realizado la Comunión y cuentan con 25 catequistas. En este momento están preparando en catequesis a alrededor de 350 personas entre todos los grupos (Primera Comunión, Postcomunión, Confirmación y grupos de Fe).
La parroquia de Las Matas cuenta además con hermanamientos. Colaboran con algunas parroquias de otros lugares del mundo. De entre varias misiones que tienen, una de las principales es la que realizan en colaboración con una parroquia en Camboya. Este año han destinado casi 10 mil euros y en algunas ocasiones van voluntarios para ayudar. Otras de las misiones que tienen se encuentran en Sudán y en Republica Dominicana.

Santa María Salud de los Enfermos, la virgen a la que rezan muchos vecinos de Las Matas
Recientemente se ha colocado una imagen de la virgen a la que los vecinos de Las Matas están cogiendo devoción. Se trata de una imagen esculpida que iluminan por la noche y, según cuenta Paco Puértolas, “cuando por la noche la iglesia está cerrada, algunos van a rezar allí”.

No es un adiós, sino un hasta pronto
El mensaje de ambos sacerdotes para todos los roceños es “que sean siempre fieles a su vocación, sea la que sea, y que no descarten una vocación religiosa. Si uno quiere ser feliz, tiene que ser coherente con lo que entiende; lo que San Pablo llama cualidades o carismas, y cada uno encuentra el suyo”. Don Ramón se refiere a todas las personas, en particular a aquellas que no llevan una vida de la mano de Dios.
Don Paco, por su parte, aconseja dejar de lado la indiferencia. Considera que este es el resumen del por qué hoy en día hay tantas personas que abandonan la vida cristiana y lo que ve como el gran problema. Su consejo para todos nosotros es el salir de esa indiferencia “porque cuando uno se pone delante de la figura de Cristo, Cristo no le deja indiferente”.
Aunque por la edad y los años que llevan dedicados a esta y otras parroquias haya llegado el momento de su jubilación, Paco y Ramón Puértolas tienen claro que su camino y labor no termina aquí. Su siguiente paso será volver a sus raíces, a Jaca, y seguir colaborando y ayudando allí donde se les necesite. Seguro que el vacío que dejan entre sus feligreses y amigos de Las Matas es grande, como grande ha sido su labor.