Cada vez es más habitual recibir en la consulta pacientes cuyo motivo de consulta es: mi mascota se rasca.
Otras veces no es el motivo de consulta principal, pero a lo largo de la anamnesis destapamos que, en efecto, el peludo tiene picor y que lo está manifestando de otra forma: se lame; se sacude; o se frota contra otras superficies.
¿Qué le pasa a mi peludo? ¿Cuáles son las situaciones más habituales que producen picor en los animales de compañía?
Te lo contamos en Meet Las Rozas.
¿Mi mascota tiene picor?
Lo primero que tenemos que aclarar es que el prurito o picor no se manifiesta siempre de la misma forma. Y, por tanto, en muchas ocasiones nos puede pasar desapercibido porque lo confundimos con un comportamiento de “acicalamiento”.
Pero la realidad es que hay muchas formas de manifestar el picor.
El más habitual, por supuesto, es el rascado. Otras veces, el rascado es sustituido por comportamientos de lamido, siendo más usual el lamido interdigital. Pero también sucede en otras zonas, como ingles, axilas, abdomen y zona perianal o genital.
Y, en otras ocasiones, el peludo sustituirá estos comportamientos por el tercer signo más habitual: frotarse. A menudo lo realizan utilizando parte del mobiliario (sofás, mesas…); o incluso a sus compañeros de vida (peludos u humanos). Cuando optan por esta forma de manifestación, lo más común es que froten la zona facial (ojos, orejas, mentón…). Y, si es en exceso, no es una manifestación muy grata de cariño… ¡Es prurito!
Podríamos considerar normal que un perro se rasque, lama o frote esporádicamente. Pero, cuando este comportamiento ocurre varias veces al día, hablamos de un rascado obsesivo y esto quiere decir que nuestro peludo puede tener picor.

¿Qué pasa con los gatos?
Los gatos siempre suponen un reto para el especialista veterinario y su compañero humano. En esta especie, siempre es más difícil determinar si simplemente se está acicalando; o verdaderamente tiene picor. Nuestro consejo es que le observes. Puede que, al principio, pase desapercibido. Pero, si te fijas, te des cuenta de que hay zonas que se acicala con más frecuencia. Tanto que incluso ha perdido algo de pelo. En ese caso… ¡es picor!
Pero… ¿por qué le pica?
Dermatitis
La dermatitis es un término que significa inflamación de la piel. La inflamación de la piel se manifestará en nuestras mascotas de forma similar a la dermatitis en nuestra especie: enrojecimiento de la piel; pérdida de pelo; y, posiblemente, calor al tacto de la misma.
Esta inflamación muy a menudo es la que provoca el picor en nuestros peludos. Los motivos más habituales para que la piel se inflame son los siguientes.
Infección
Las infecciones de la piel son muy frecuentes en la clínica veterinaria. Nuestros peludos presentan regiones de su piel que, por presencia de pliegues cutáneos naturales; contacto con sustancias corrosivas; o agentes irritantes del ambiente, pueden lesionarse, permitiendo que se produzca una sobre contaminación por agentes oportunistas. Los más frecuentes son bacterias y levaduras.
Normalmente, las infecciones de piel por bacterias se acompañan de la presencia de lesiones rojizas que se elevan sobre la superficie de la piel y cuyo tamaño es variable. En ocasiones, se observará un centro de color blanquecino.
En el caso de las infecciones por levaduras, veremos así mismo un enrojecimiento e inflamación de la piel; y un fuerte olor a humedad, acompañado o no de secreciones oscuras.
Aunque la presentación clínica es, en muchos casos, reveladora del proceso, es posible que el especialista veterinario tenga que hacer alguna prueba para determinar el origen de la infección.
En algunas ocasiones, se realizarán citologías para visualizar el agente etiológico. En caso de que se trate de una infección bacteriana, a menudo se realizarán tomas de muestras de las lesiones para realizar un cultivo bacteriológico para poder aislar el agente e iniciar una antibioterapia de forma segura.
En los casos más leves, el especialista empezará una terapia con antisépticos locales (en diferente presentación: líquido, champú, toallitas) de forma individual o combinada. Así mismo, es posible que se ayude de determinadas sustancias para aliviar la inflamación de la piel y recuperar la integridad de la barrera cutánea (antiinflamatorios esteroideos, suplementos con ácidos grasos).
Parásitos
Las infecciones por parásitos son relativamente frecuentes en el día a día de un centro veterinario. Aunque cada vez existe más concienciación sobre la importancia de tener a nuestro peludo desparasitado externamente, seguimos atendiendo estas consultas. Sobre todo, en la época estival, cuando la presencia de ectoparásitos es mucho mayor.
Las pulgas y los ácaros de la sarna son los dos tipos de ectoparásitos que mayor grado de picor producen.
La presencia de las pulgas es muy sencilla de determinar. Tan sencilla que, a menudo, son los compañeros humanos quienes han detectado su presencia en casa. ¿Cómo se ven? Pues se trata de un insecto pequeño, de color marrón oscuro a negro y gran velocidad, que se mueve por la base del pelo. Lo veremos. A él o los restos de su presencia, más frecuentemente en la zona abdominal y perianal.
Otras veces, el paciente acudirá por picor y será el especialista veterinario quien detecte los ectoparásitos; o los restos que dejan tras su paso en el pelo de nuestro peludo.
La presencia de ácaros no es tan sencilla de determinar para el propietario, ya que se trata de insectos microscópicos y se encuentran bajo la piel. Nuestro peludo manifestará un picor intenso con inflamación de la piel donde se encuentre el parásito y pérdida de pelo asociada.
El especialista tomará muestras, mediante la realización de un raspado cutáneo, y observación directa de los parásitos en el microscopio.
Una vez determinada la presencia de estos desagradables visitantes, se pondrá el tratamiento antiparasitario más oportuno en función de las necesidades y características de nuestro paciente.

Atopía
La atopía es una enfermedad cada vez más frecuente en los animales de compañía y cuya consulta se dispara en las épocas de otoño y primavera.
Es una dermatitis de origen alérgico. Una condición genética que se caracteriza por provocar una inflamación de la piel muy pruriginosa como respuesta a alérgenos ambientales.
El diagnóstico y enfoque clínico de la atopia será siempre individualizado y multimodal, dadas las numerosas variables que influyen en el cuadro clínico.
Tu profesional veterinario te irá explicando poco a poco cuáles son los pasos y el planteamiento de esta enfermedad que acompañará de por vida a tu mascota.
Conclusiones
Ya sabemos cuáles son las situaciones más frecuentes que se presentan en la clínica y por las que mi peludo puede presentar prurito.
Pero… ¿Cómo lo trato?
El especialista veterinario siempre enfocará la consulta con doble objetivo:
- — Controlar el prurito. Empleará alguna de las diferentes estrategias terapéuticas que existe en el mercado y que mejor se adapte a la patología de tu mascota.
— Eliminar la causa subyacente. O lo que es lo mismo, tratar aquello que está provocando el picor.
Esperamos que este post os ayude a entender un poco mejor estas situaciones en consulta. Y, por supuesto, no olvides consultar a tu veterinario si crees que tu mejor amigo tiene picores.