Si usted vive en la calle Melina Mercouri en Las Rozas o se mueve en torno a ella – está cerca del hotel de la Ciudad del Fútbol y de los colegios Monte Abantos y Los Jarales -, sepa que esta calle tiene historia, por la manera de rotularla y por el personaje que lleva su nombre, Melina Mercouri.
Decir que el nombre de la calle no es del todo correcto. Apreciamos que en su señalética el apellido real de Melina viene escrito de dos maneras: Mercuri y Mercury, cuando en realidad es Mercouri, exónimo, en escritura europea, de la original helena. Un exónimo es la manera de nombrar en nuestro idioma el nombre propio de un lugar o persona extranjera. Y la señora Mercouri era griega.

De la escena a la política
Hija y nieta de políticos griegos – su abuelo fue alcalde de Atenas -, María Amalia Mercouri tenía tablas para ser un referente en la historia política de su país natal, Grecia. Pero el escenario que pisó por primera vez no fue el del parlamento griego, sino el del teatro y el cine. Por su interpretación en la película Nunca es domingo recibió en 1960 el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes, siendo la película, aquel año, candidata a los Oscar. Por aquel entonces, Melina Mercouri llevaba a sus espaldas numerosas interpretaciones ante las cámaras del séptimo arte; así como sobre los escenarios del teatro que llevaba en las venas. Fedra o Topkapi quedarán en la memoria de los más cinéfilos. Anthony Perkins, Peter Ustinov o James Mason fueron algunos de los actores que compartieron papel con aquella exuberante actriz que era Melina Mercouri.
Sin embargo, su papel más real fue el que protagonizó siete años después de aquel premio de Cannes. Tras el golpe de Estado protagonizado por un grupo de militares y que llevó al país a la llamada ‘dictadura de los coroneles‘ (1967-1974), se dedicó ha hacer una campaña activa por todo el mundo contra aquella dictadura.
Melina Mercouri perdió su nacionalidad al liderar el movimiento de expatriados contrarios al régimen. «Yo nací griega y moriré griega. Usted nació siendo fascista y morirá fascista«, le espetó al general golpista Pattakós. La dictadura duró siete años y durante todo aquel tiempo Melina Mercouri se convirtió en el exilio en altavoz por la defensa de las libertades del pueblo griego. Ni siquiera los intentos de asesinato que sufrió le amedrentaron.
Tras restituirse la Democracia en Grecia regresó a su tierra y no volvió a bajarse del escenario político, convirtiéndose en la Ministra de Cultura que más tiempo ha ocupado el cargo en el país heleno, casi una década.
El Panteón de Atenas
Si ha viajado a Atenas y ha tenido la suerte de poder admirar los yacimientos arqueológicos que atesora la ciudad, sepa que en parte se lo debe al esfuerzo que Melina Mercouri derrochó por recuperar el gran legado cultural griego. Gracias al impulso de Melina Mercouri, el Museo del Acrópolis de Atenas se remodeló para deleite de los amantes de la cultura. Las inmediaciones de los yacimientos arqueológicos quedaron integrados en zonas cerradas al tráfico y consiguió la gratuidad en el acceso a museos y yacimientos para los griegos.
Melina Mercouri defendió la recuperación de los mármoles del Panteón de Atenas exhibidos en el Museo Británico. Si bien se trata de una reivindicación histórica por parte de Grecia, Melina Mercouri destacó por su ahínco en reclamarlos: «Deben entender lo que los mármoles del Panteón significan para nosotros. Son nuestro orgullo, son nuestros sacrificios, son nuestro símbolo de excelencia más noble, son un tributo a la filosofía democrática, son nuestras aspiraciones y nuestro nombre, son la esencia del ser griego» (discurso realizado por Melina Mercouri en Oxford en 1986 y reproducido por el diario El Español en 2017).
La Cultura por encima de todo debió ser su lema y lo extrapoló fuera de sus fronteras. Melina Mercouri fue la creadora del Título de Capital Europea de la Cultura, siendo Atenas la primera anfitriona en 1985. Aquella idea fue fruto de un esfuerzo en la toma de conciencia cultural que Europa hasta entonces no había tenido en cuenta. Melina Mercouri quiso que Europa pusiera el foco en la Cultura, y en gran medida lo consiguió.
Melina Mercouri falleció de un cáncer de pulmón en 1994. La UNESCO creó un premio que lleva su nombre y que reconoce las iniciativas más destacadas a la hora de recuperar paisajes emblemáticos del mundo. Grecia continúa reivindicando, a día de hoy, los mármoles del Panteón de Atenas.
