La roceña Lola San Juan abrió las puertas de su estudio de danza hace 30 años, en octubre de 1981. Fue la primera Escuela de Danza de Las Rozas, cuando no existía ninguna actividad de danza pública en el municipio. Su finalidad siempre ha sido inculcar el amor y el gusto por la danza a sus alumnos, haciéndoles sentir que, además de disfrutar, la disciplina y el trabajo son el mejor camino para obtener un buen nivel técnico y artístico.
Es una actividad que requiere de entrega y tiempo. Factores que hoy en día no se dan entre los alumnos, en la mayoría de los casos chicas, ya que hay más actividades extraescolares que hace tres décadas y la Danza no es una prioridad.
Como el resto de centros de estas características, Lola San Juan tuvo que cerrar en marzo de 2020 como consecuencia de la crisis sanitaria, perdiendo un curso completo.
En una entrevista con Meet Las Rozas, Lola anima a las nuevas generaciones a conocer el mundo de la Danza. Una actividad que supone esfuerzo, dedicación y sacrificio, pero que, según nos cuenta, merece mucho la pena.
¿Qué llevó a Lola San Juan a abrir un Estudio de Danza en Las Rozas hace 30 años?
Hace treinta años, en Las Rozas no existía ninguna actividad de Danza y yo, como niña que había nacido en este pueblo y que, hasta que no fui a estudiar a Madrid, no pude hacer Danza, vi la oportunidad.
Después de estudiar durante varios años con diferentes maestros y sacarme mi titulación en el Conservatorio Superior de Danza, tenía mucha ilusión por trasmitir esos conocimientos adquiridos y esa pasión que yo sentía por la Danza a la gente de mi pueblo y decidí montar una Escuela de Danza.

¿Qué enseñanzas se impartían en sus inicios?
En un principio, yo formaba a las niñas en ballet clásico, danza española y flamenco. Empecé con una veintena de niñas de diferentes edades a las que yo misma daba clases. La danza clásica es muy importante para la colocación y dominio del cuerpo, así como para el control de los movimientos. Es la base para un bailarín.
La danza española es muy amplia, con toda la riqueza que conllevan sus diferentes estilos: escuela bolera, danza estilizada, folklore y Flamenco, técnica de castañuelas y de zapateado. Eran clases muy variadas y las alumnas estaban muy motivadas y trabajaban con mucha ilusión y tesón. Más adelante, cuando empecé a presentar a niñas para exámenes libres de Danza Española en el Conservatorio, y el número de alumnas había crecido mucho, conté con la ayuda de otros profesores especializados en Ballet. Yo impartía las materias de Danza Española.
¿Alguna de las alumnas de entonces despuntó en el mundo de la Danza?
He tenido a lo largo del tiempo varios grupos de alumnas entre las que acabaron los estudios de Danza en el Conservatorio, con un nivel muy profesional de baile. Algunas de ellas, a nivel particular, estuvieron como bailarinas en alguna compañía de Danza y, con el grupo profesional de la Escuela, participamos en actuaciones que nos salían para bailar en diferentes sitios.
Fiestas patronales de Las Rozas y de Las Matas, en las que hemos participado en muchas ocasiones; programas de televisión, como «Cine de Barrio» o «Conociendo nuestro cuerpo»; con Lola Flores en Miami; en la exposición de turismo FITUR; en la plaza de toros de Las Ventas; en eventos particulares, Centros Culturales de la zona y Centros Comerciales; exhibición de Danza Española en el Teatro del pueblo francés hermanado con Las Rozas, Villebon-Sur-Ivette; concursos de Danza, etc.
A muchas alumnas las hubiera encantado dedicarse profesionalmente al mundo de la Danza, pero la influencia y presión de los padres para que estudiasen otras carreras ha podido más.

¿Sigues manteniendo relación con alumnas de aquella época?
Sí, nos hemos visto en diferentes ocasiones. En la boda de algunas de ellas, cenas antes de Navidad o, a veces, hemos quedado para vernos y recordar viejos tiempos. También mantenemos contacto a través de WhatsApp, Facebook, etc. Y con las que quizás no veo tanto, hemos coincidido en algún lugar o en algún encuentro por la calle. Siempre recuerdan con mucho cariño y emoción su paso por la Escuela, las clases, los festivales, etc. Muchas me dicen que esos años fueron los mejores y que disfrutaron mucho, lo cual me produce mucha satisfacción y alegría.
¿A qué edad empiezan las niñas a bailar?
Las más pequeñas empiezan a partir de los 4 años. Pero hay alumnas de todas las edades: 20, 35, 52 y más.
Lo importante no es tanto la edad, sino las ganas y la ilusión que se tengan.
Es verdad que para dedicarte profesionalmente a la Danza cuanto antes empieces mejor. Pero, la Danza en todas sus modalidades, ya sea Ballet, Danza Española, Moderno, o cualquier otra modalidad, tiene tantos BENEFICIOS sobre nuestro cuerpo y nuestra mente, que cualquier edad es buena para empezar a practicarla.
¿Qué está más demandado, el ballet clásico o la Danza Española?
Pues en realidad van un poco a la par. Son dos modalidades muy solicitadas, así como la Danza Moderna, que hoy en día está muy en boga, quizás por el efecto TIK-TOK.
En ballet, tanto las clases para niños como para adultos, se están solicitando mucho y como disciplina de trabajo corporal, las personas que hicieron ballet de pequeñas o que les aburre el gimnasio, encuentran en el ballet una estupenda actividad para ponerse en forma a la vez que trabajan la expresión artística.
Dentro de la Danza Española, lo más solicitado es la modalidad de Flamenco y el aprendizaje de las Sevillanas. El Flamenco ha tenido mucho auge en los últimos años, sobre todo desde que se declaró Bien de Interés Cultural. El Flamenco tiene mucho duende, mucho «aje» que dirían los flamencos, y engancha mucho.
La Danza Española necesita de más promoción a nivel de medios como la televisión y otros.
Llevarla a los colegios, a los institutos, para que la gente la conozca en profundidad y sepan qué es la danza estilizada española, qué es la escuela Bolera Española, qué es el Folklore y cómo está evolucionando todo ello hacía nuevas formas de interpretación. Ver la belleza, la riqueza y el gran potencial expresivo que encierra.
También ofrecéis otras modalidades ¿cuáles son?
A parte de Ballet, Flamenco, Sevillanas y Danza Española ya mencionadas, tenemos clases de Moderno, hip-hop, Funky; Danza Oriental; Salsa y Latinos; Contemporáneo; clases de técnica de castañuelas y también ofrecemos clases para BODAS, preparamos la coreografía del baile elegido por los novios para el día de su boda.
¿Hay diferencias en el mundo de la enseñanza de la danza respecto a hace 30 años?
A nivel de Escuela de Danza, el cambio más grande que he notado en los alum@s es la falta de tiempo. Están más agobiados con los estudios y también en muchos casos hacen otras actividades extraescolares que les resta tiempo para poder dedicarlo a la práctica de la Danza. Es una pena porque la Danza requiere de entrega y tiempo para conseguir dominar la técnica y poder alcanzar un buen nivel. Hay niñas que tiene muchas condiciones y talento para el baile, pero no le dedican el tiempo suficiente para poder desarrollarlas.

En mi opinión, creo que si a un niño le gusta mucho una determinada actividad y tiene aptitudes, es mejor profundizar más en esa actividad concreta dedicándole más tiempo, que no hacer otras muchas, porque al final es como picar de todo y no saber de nada.
Hace treinta años las alumnas venían entre 3 y 5 horas a la semana y si proponías venir un domingo o un sábado por la tarde a ensayar, no había ningún problema, todas venían encantadas. Hoy, ponerlas de acuerdo para venir algún día extra es casi imposible y el tiempo que dedican a la danza es entre 1 y 2 horas a la semana como máximo. Sólo las alumnas que preparan exámenes de Danza tienen más horas de dase a la semana.
La crisis sanitaria, que está afectando a todos los sectores, ¿en qué medida os ha afectado?
Nos ha afectado mucho. En el mes de Marzo del 2020 tuvimos que cerrar obligatoriamente, El Curso 19/20 fue prácticamente un curso perdido, Y el Curso 20/21 empezamos con muchos menos alurnos porque aún había mucho miedo al contagio. Muchas de las alumnas que había antes de la crisis sanitaria, se han perdido por el camino y no se han recuperado. Han optado, quizás, por otras actividades al aire libre. Aunque, debo resaltar que, con todas las medidas anti-covid que tomamos, no ha habido ningún problema de contagio en nuestro Centro y ha existido mucha responsabilidad por parte de los padres de las alumnas y de los profesores para avisar de cualquier incidencia.
¿Sigue habiendo miedo a la hora de asistir a clase?
Ha ido mejorando paulatinamente. Estamos contentos porque este Curso 21/22 parece que se está recuperando. Algunas antiguas alumnas han vuelto de nuevo y ha habido bastantes matrículas nuevas. Pienso que todos estarnos aprendiendo a convivir con esta nueva situación sanitaria y a llevar a cabo nuestras actividades y nuestra vida, tomando precauciones y siendo responsables.
¿Que aporta el baile a una persona?
Aparte del trabajo corporal que se realiza, que nos da tono muscular, fuerza y coordinación, desarrolla el sentido musical, puesto que se baila apoyándote en diferentes ritmos; rapidez en la memorización de secuencias de pasos; control mental y corporal; dominio del espacio en el que te mueves; disciplina; desarrollo artístico y expresivo; y tantos otros aspectos que ayudan a sacar tu personalidad y expresar tus sentimientos a través de la danza. Todo ello te hace vibrar, sentir alegría, satisfacción, seguridad en ti misma, etc. Para mí, el baile es una fuente de sensaciones maravillosas.
Cuéntanos cómo ha sido tu trayectoria como bailarina.
Yo senti desde muy pequeña el gusto por el movimiento. Me gustaban mucho las clases de gimnasia en el colegio y los bailes que nos enseñaban las monjas para fin de curso. Era una niña bailona en las fiestas de mi pueblo, en los guateques con mis amigos y donde se terciara.

Cuando fui a estudiar a Madrid, en sexto de Bachiller, yo tenía 15 años. Entonces me plantee hacer baile en una acadernia de Danza y busqué una en Madrid, porque aquí en Las Rozas no había ningún sitio dónde aprender a bailar. Mi primera profesora fue la que me animó a dedicarme profesionalmente a esto y a preparar exámenes para la obtención del título de Danza en el Conservatorio. Así, poco a poco, fui introduciéndome más en el mundillo y empecé a trabajar en diferentes compañías de baile. Entré en la Escuela del Ballet Nacional de España; trabajé en TVE durante más de 1 año, haciendo un programa dedicado a la Zarzuela Española; en la sala de Fiestas Florida Park, en el Retiro de Madrid, muy famosa en esa época.
Viajé con el Ministerio de Turismo a muchos lugares de Europa, también a Japón, América, etc… representando a la cultura española.
Después me dediqué a la enseñanza. Abrí mi propia Escuela de Danza, con la que llevo más de 30 años y por dónde han pasado muchos alumnos, que me han aportado mucha alegría y satisfacción. Estoy muy agradecida a todos y cada uno de los grandes maestros con los que tuve la suerte de poder estudiar y tomar clases, como el maestro Granero, Aurora Pons, Juana Taff, María Magdalena, Betti, Paco Fernández, Merche Esmeralda, la Tati, Ciro, Pedro Azorín, Juanjo Linares, Eloy y Angel Pericet, Joaquín y Pacita Tomás. Y, por supuesto, a mis primeras profesoras, Pilar de Oro y Tona Radeli, y a otros muchos con los que he realizado cursos de especialización. A todos ellos, mi respeto y agradecimiento por sus enseñanzas.
Y lo último que quiero es animar a las nuevas generaciones a entrar y conocer el maravilloso mundo de la Danza Española, en particular, y de toda la Danza en general. Nunca se arrepentirán. Requiere esfuerzo, dedicación y sacrificio pero iliMerece tánto la pena!!!
La Escuela de Danza de Lola San Juan se encuentra ubicado en la Calle de Guadarrama, 3, en Las Rozas.
