Está claro que uno de los motivos más habituales de acudir a la clínica veterinaria es actualizar las vacunas de nuestro peludo. En concreto, nos vamos a centrar en los perros en este artículo para Meet Las Rozas.
Con respecto a la vacuna de la rabia, poco tenemos que aportar. Todos los que tenemos perros sabemos que la vacuna de la rabia es obligatoria de forma anual, e incluso varias veces al año, en función de la comunidad autónoma en la que residas.
Sin embargo, al menos en mi caso, es muy habitual encontrarme con tutores de peludos que cuando les digo que tienen que actualizar la vacuna tetravalente o heptavalente (según el caso) me preguntan: ¿y esa para qué es? Mi respuesta siempre es rápida: es la vacuna que protege frente a algunas enfermedades infecciosas que pueden coger nuestras mascotas.
Hoy vengo a aclararos a qué enfermedades infecciosas nos referimos, a explicaros la frecuencia de vacunación con la que es recomendable vacunar a nuestra mascota y a profundizar en una de estas enfermedades: la leptospirosis.
¿Trivalente, tetravalente, Heptavalente o Polivalente?
Depende del momento en que acudas al centro nos referiremos a la vacuna de alguna de estas formas. ¿Todas son la misma?
La respuesta es no. El término polivalente, como su propio nombre indica, hace referencia a que vamos a administrar una vacuna que profiere inmunidad frente a más de un microorganismo. Es decir, vamos a promover el desarrollo o mantenimiento de anticuerpos de más de una enfermedad infecciosa.
El resto de términos, hará referencia al número concreto de microorganismos que incluye esa vacuna (tri= 3; tetra= 4; hepta=7).
Con respecto a las diferentes marcas, formatos o pautas de vacunación, existe un organismo mundial que proporciona unas guías de vacunación estándar que nos permite a los profesionales mantener un criterio conjunto. No obstante, estas guías pueden adaptarse individualmente a la situación de la mascota (estado de salud, área geográfica en la que reside, etc.) de acuerdo a la experiencia y criterio del facultativo.
Las enfermedades infecciosas frente a las que se busca conferir inmunidad cuando hablamos de las vacunas “polivalentes” son moquillo, adenovirosis, parvovirosis, parainfluenzavirosis y leptospirosis.
De acuerdo a las guías internacionales, la pauta de revacunación más habitual suele incluir un recuerdo de enfermedades infecciosas anual que incluirá diferentes microorganismos cada año debido a que hay ciertas enfermedades frente a las que será necesario vacunar anualmente y otras frente a los que la vacunación se aconseja cada dos o tres años. Consulta a tu veterinario de confianza si te surgen dudas.
Dentro de las enfermedades cuya revacunación se aconseja anualmente encontramos la leptospirosis y, por ello, vamos a profundizar un poco más en esta patología.

Leptospirosis Canina
Lo más importante a destacar dentro de esta enfermedad es que se trata de una zoonosis. Es decir, una enfermedad que afecta a los humanos y se puede producir la transmisión animal – humano.
Es una infección producida por una bacteria del género Leptospira spp. Dentro del cual se han identificado diferentes especies y serovariedades, cada una de ellas adaptadas al medio y el reservorio animal.
La infección por esta bacteria produce un cuadro de gravedad variable que puede pasar por una sintomatología leve en algunos individuos hasta provocar la muerte en otros pacientes.
El modo de contagio habitual consiste en la contaminación del agua estancada por la orina de un animal infectado y en el posterior contacto de esa agua con una herida en la piel. Dado el comportamiento social de los perros, es muy habitual que puedan entrar en contacto con la bacteria.
Las ratas constituyen un importante reservorio para el contagio de esta bacteria a los perros y, a veces, a las personas. Aunque no se suelen desarrollar patología, pueden suponer un reservorio natural de esta bacteria durante varios años.
Así mismo, los perros infectados eliminan esta bacteria con su orina y son así foco de transmisión para otros perros y humanos.
Síntomas
Los síntomas más clásicos de esta enfermedad son similares a cualquier otra enfermedad infecciosa. Los pacientes podrán mostrar inapetencia, decaimiento, pérdida de apetito…
No obstante, a medida que la infección va produciendo lesiones en los riñones y en el hígado, aparecerán síntomas más graves como fiebre alta, gastroenteritis (que puede contener sangre en las heces), ictericia, coloración muy oscura de la orina. Y, en casos más graves, letargo marcado que puede desembocar en el fallecimiento del animal.

Diagnóstico
Siempre que el paciente presente síntomas de este tipo que se correlacionen con alteraciones analíticas compatibles, se debe descartar esta enfermedad. Para ello, el facultativo propondrá realización de pruebas más específicas de orina y sangre con el objetivo de aislar o cuantificar la presencia de este microorganismo.
Tratamiento
A diferencia de otras enfermedades infecciosas causadas por virus en las que solo podemos dar tratamiento de soporte para los órganos afectados y esperar que no haya complicaciones secundarias; la leptospirosis es una enfermedad bacteriana y se tratará con los antibióticos de elección bajo supervisión profesional.
Además, se incluirá un soporte para los órganos dañados, en la mayoría de los casos, bajo ingreso hospitalario para evitar una deshidratación y fallo renal agudo.
Prevención
Para evitar la infección por Leptospira, es importante mantener una buena pauta de vacunación anual, así como medidas de higiene y evitar zonas de contacto con reservorios no controlados.
La vacunación puede minimizar las probabilidades de contagio y el impacto de la enfermedad en tu peludo.
Si tienes dudas sobre la pauta vacunal de tu mascota, pregunta a tu veterinario de confianza.