Las Rozas contará con casi de 300 cámaras de seguridad e inteligencia artificial. Aproximadamente una cámara por cada 300 personas. Uno de los responsables de este tema afirmaba públicamente: “el sistema me ha dicho que hoy habéis pasado por dos puntos y se puede sacar una trazabilidad de dónde veníais y a dónde vais”, cumpliéndose poco a poco la función distópica de George Orwell en 1984. 

Según la empresa de ciberseguridad Comparitech, apenas existe una repercusión clara entre la instalación de este tipo de cámaras y la reducción de la delincuencia. Eric L. Piza y colaboradores publicaron un metaanálisis llevado a cabo por las universidades de Nueva York, Cambridge y Northeastern desde 1978. Según este estudio, las cámaras fueron eficaces como elemento disuasorio en delitos como el robo de coches y el hurto de propiedades. Pero, no tuvieron un efecto significativo en los delitos violentos.

Infracciones penales

En Las Rozas, según los datos del Ministerio del Interior, en el periodo 2021/2022, han aumentado las siguientes infracciones penales: agresión sexual con penetración; homicidios dolosos y asesinatos; robos con violencia e intimidación; y hurtos. La mayoría en la línea de las ciudades de nuestro entorno y similares a datos nacionales. Sin embargo, han disminuido los robos en domicilios y las sustracciones de vehículos. 

Autores clásicos del liberalismo, como Hobbes en su obra De homine, han descrito como equiparables las funciones del organismo humano con las de cualquier otro animal. Freud, por su parte, en su ensayo El malestar de la cultura, describe al hombre como una bestia salvaje que ni siquiera respeta a los miembros de su propia especie.

El caso es que, a partir de la aparición de cualquier relación o cohabitación social, aparece ligada la necesidad de una suerte de contrato social o normas consuetudinarias que controlen y aprueben nuestros sistemas de convivencia. Rousseau afirmaba, en El contrato social, cómo únicamente una educación moral adecuada podría hacer libre al individuo en una sociedad dominada por la desigualdad, permitiendo dilucidar el correcto comportamiento entre multitud de vicios.

Nuevas formas de poder

En la actualidad, con el liberalismo derivado en régimen neoliberal, el poder ya no se ejerce a través de la represión, sino de una forma seductora e invisible (Byung Chul-Han en su obra Psicopolítica). Según el barómetro del CSIC, cerca del 70% de la población es favorable a la instalación de cámaras de vigilancia. Entendiendo que son necesarias y ayudan a mantener la seguridad. Según un estudio del Instituto Andaluz Universitario de Criminología, los delitos se reducen apenas un 2% y aparece un incremento en las calles no vigiladas en torno al 15%. 

El panóptico ideado por Jeremy Bentham en el siglo XVIII (no se está inventando nada nuevo) tenía como objetivo poder observar a todos los presos a la vez, logrando que el prisionero se encuentre de manera consciente en un estado de permanente visibilidad que garantizaría el funcionamiento automático del poder.

Lo smart termina siendo tonto 

El poder deja de tener rostro, dificultando la acción y formación de grupos con una conducta desplazada de la norma social. En esencia, el funcionamiento es el siguiente: se localiza a cada individuo en su lugar, generándose emplazamientos funcionales, ordenando a las multitudes confusas. A continuación, y ya sobre los cuerpos, comienzan a aplicarse instrumentos de vigilancia, dispositivos de observación que castiguen cualquier desvío de la norma social.

A principios del siglo XX, el filósofo e historiador Michael Foucault reformuló la idea de poder, planteándolo como algo que se ejerce permanentemente. El truco del régimen es que estas relaciones de poder producen nuevas subjetividades y narrativas llegándose a aprobar la nacionalización de los mecanismos de disciplina actuales (la memoria de la Fiscalía de 2018 propone normalizar la presencia de cámaras en las aulas de colegios).

Aunque todos pasemos a ser potenciales sospechosos en nuestro día a día, cabe albergar algo de esperanza en este sistema de vigilancia para las personas. Si escribes “libro de familia” en la Inteligencia Artificial de la Cigüeña María de la página web del Ayuntamiento de Las Rozas, la respuesta es “por aquí somos una gran familia”


Más allá de lo absolutamente enternecedor o el sentimiento de pertenencia que pueda suscitar, probablemente coincidan conmigo y, parafraseando al urbanista brasileño, Jaime Lerner, que lo smart termina siendo tonto.