¡Socorro, mi peludo tiene sangre en la orina!

Cualquier compañero veterinario que trabaje en urgencias os dirá que la presencia de sangrado, independientemente de cuál sea la procedencia, es uno de los motivos más habituales de acudir a la consulta en cualquier momento del día (o la noche). 

En este caso, desde Meet Las Rozas, vamos a abordar la hematuria: ¿es realmente una urgencia médica? ¿Cuál puede ser la causa?

¿Qué es?

La hematuria se define como la presencia de sangre en la orina, ya sea macroscópico (visible); o microscópico (no visible para el ojo humano. Se detecta al analizar los componentes físico-químicos y sedimento urinario).

Causas desencadenantes

Existen diferentes patologías que pueden provocar la aparición de sangre en la orina. Las más habituales en la clínica de pequeños animales son:

– Inflamación de las vías urinarias provocado por: infección bacteriana de las vías urinarias; presencia de cálculos o cristales; o traumatismos. Dentro de las inflamaciones, clasificamos también la cistitis idiopática felina. Una inflamación cuya causa desencadenante es el estrés del paciente felino. 

– Prostatitis o hipertrofia prostática benigna (en los machos).

– Neoplasias.

– Enfermedades infecciosas.

– Otros: intoxicaciones, coagulopatías, trastornos inmunomediados…

Diagnóstico

Cualquier veterinario que recibe un caso de hematuria elaborará un protocolo de trabajo de acuerdo a la sintomatología; la edad; y la historia clínica del paciente. 

Normalmente, este protocolo de trabajo incluirá, al menos, una analítica de orina y una prueba de imagen. 

La analítica de orina nos permite conocer cuáles son los componentes físico-químicos de la orina y el sedimento. La realización de esta prueba, nos va a permitir conocer si existiese inflamación; presencia anormal de cristales; presencia de bacterias y qué tipo; células epiteliales anormales, etc. 

Así mismo, la realización de una prueba de imagen, radiografia y/o ecografía (cuya elección dependerá de la disponibilidad en el centro y sospecha clínica), nos va a permitir valorar el estado del aparato urinario y genital y posibles lesiones asociadas. 

En ocasiones, en función de la edad e historia clínica del paciente, es necesario realizar también analíticas de sangre para conocer el estado físico general y, más concretamente, la funcionalidad renal. 

Tratamiento

El tratamiento de la hematuria dependerá de la causa desencadenante. 

Si nos encontramos ante una infección, el clínico realizará un cultivo de orina y antibiograma para conocer cuál es el microorganismo responsable de la infección; así como la elección del tratamiento antibiótico más sensible para el caso. 

Si nos encontramos ante la presencia de cálculos en la vejiga de la orina o en la uretra, el tratamiento consistirá en la extracción quirúrgica de los mismos por medio de una cistotomía. Posteriormente, se analizarán y cultivarán dichos cálculos para conocer su naturaleza y poder plantear un manejo dietético para prevenir su futura aparición. En el caso de que los cálculos se encuentren situados en otra parte del aparato urinario (pelvis renal o uréteres), el paciente requerirá un manejo más específico e individualizado. Tu veterinario de confianza te lo explicará. 

Tratamiento empírico

Si la causa de la hematuria es provocada exclusivamente por la presencia de cristales, recurriremos a un tratamiento empírico de la sintomatología y al mencionado manejo dietético. 

Si nos encontramos ante una inflamación y nuestro paciente lo permite, se emplearan antiinflamatorios no esteroideos para aliviar la sintomatología. A veces, en esta modalidad, empleamos también prebióticos, como el extracto de arándano rojo, para aliviar las molestias del paciente y prevenir futuras inflamaciones. No hay que olvidar que los antiinflamatorios no esteroideos se metabolizan por vía renal. Por lo que si nuestro peludo tiene problemas a este nivel o se trata de un paciente geriátrico, es probable que el clínico quiera cerciorarse primero del buen estado del riñón, mediante una analítica básica de sangre. En el caso particular de la cistitis idiopática felina, se recurrirá también a un manejo del entorno del paciente y enriquecimiento ambiental. 

Si nos encontramos ante un problema prostático, la terapéutica incluirá el uso de antibioterapia de amplio espectro y una orquiectomía. Es importante eliminar el efecto de las hormones sexuales ya que su presencia es el desencadenante más típico. 

Si nos encontramos ante neoplasias en el riñón, vejiga de la orina o uretra, se plantearán pruebas diagnósticas para conocer la naturaleza del tumor y valorar el protocolo terapéutico (quirúrgico y/o médico) más apropiado de acuerdo a la historia del paciente y la naturaleza de la neoplasia.

Si nos encontramos ante enfermedades infecciosas u otros casos menos habituales, el tratamiento irá dirigido no sólo a tratar la hematuria, sino también la enfermedad subyacente. 

¿Me voy a urgencias?

Ante una gran pregunta, una gran respuesta: DEPENDE. ¿Y de qué depende?

En primer lugar, por supuesto, de cómo se encuentre mi peludo. En segundo lugar y no menos importante, de si mi peludo puede o no orinar. En tercer lugar, de la cantidad de sangre presente en la micción. 

Si mi peludo ha orinado un poquito de sangre, pero se encuentra animado; quiere comer; y puede orinar sin dificultad, puedo pedir cita en mi veterinario habitual. 

Si mi peludo tiene intención de orinar y no puede; orina con abundante cantidad de sangre en la orina; o está visiblemente decaído o apático, será mejor que lo evalúe un clínico en ese mismo momento. 

Recordar que los servicios de urgencias veterinarios a menudo se colapsan por consultas que pueden esperar y para evitar esto tendremos que plantearnos. En estos casos, si mi mascota necesita ayuda inmediatamente o no. 

No obstante: cada paciente es un mundo. Si tienes dudas sobre si debes acudir o no, llama!!!

Cualquier servicio de urgencias podrá realizar un triaje telefónico e informarte de si es necesario acudir o no en el momento.

Clínica Veterinaria San Miguel