Un 33% más de vecinos de Las Rozas se ha beneficiado de la campaña contra la oruga procesionaria del pino puesta en marcha por la Concejalía de Medio Ambiente.
Una vez finalizados los trabajos, el balance de esta edición arroja también un incremento de un 30% en el número de árboles tratados, según informa el Ayuntamiento. Esto supone a su vez un aumento de más del 300% en el número de tratamientos aplicados a los ejemplares en función de su afectación.
Un total de 1.712 árboles en terrenos privados de la localidad han recibido estos cuidados. Esta cifra dobla la de hace solo tres temporadas, cuando fueron 846 los ejemplares objeto de estas labores.
Más tratamientos para reducir la incidencia
Las acciones realizadas durante esta temporada alcanzan las 17.312. Incluyen tanto aplicaciones de endoterapia arbórea (inyección directa al sistema vascular del árbol) como retirada de bolsones (los nidos que les sirven de refugio en el invierno). La media de árboles a tratar por cada solicitud recibida ha sido de seis ejemplares y se han realizado unas diez aplicaciones por cada ejemplar afectado.
El Consistorio confía en que haber multiplicado los tratamientos se traducirá en una reducción de la incidencia de la procesionaria no solo este año, sino también en futuras temporadas.

Servicio municipal semifinanciado
Cada año la administración municipal pone a disposición de los vecinos este servicio dirigido a propietarios de fincas o parcelas que quieran mantener sus árboles libres de esta plaga. El Ayuntamiento corre con la mitad del coste de estos tratamientos. Por ello el precio final que abona el vecino es de 3,40 euros por árbol y de 6,81 euros por desplazamiento.
A mediados de septiembre la Concejalía de Medio Ambiente suele abrir el plazo para solicitar hacer uso de este servicio. Al ser limitado el número de tratamientos disponibles, las peticiones se atienden por orden de llegada. Se da prioridad a las fincas urbanas sobre las rústicas, por tener menor impacto.
Medidas contra esta plaga en zonas naturales
Las zonas verdes y naturales de Las Rozas reciben también anualmente cuidados para combatir esta plaga. “Se trata de una combinación de medidas a medio plazo con acciones inmediatas que buscan lograr un equilibrio en el ecosistema de forma sostenible», afirma el concejal de Medio Ambiente, Jaime Santamarta. El objetivo final es reducir al mínimo el riesgo que la oruga puede suponer para las personas y animales domésticos.
Una de las medidas sostenibles que se emplean es lo que se conoce como lucha biológica. Es decir, favorecer que aniden en estas zonas aves como páridos o abubillas, así como murciélagos. Otras estrategias para reducir esta población pasan por utilizar trampas de feromonas; retirar los nidos; hacer barridos manuales; o recurrir a agentes externos de bajo impacto, como usar bacterias específicas.