Dice la escritora Irene Vallejo que las bibliotecas son «frágiles espacios de cultura y descubrimiento»; que gracias a ellas «los libros han atravesado los accidentes del tiempo», siendo éstas sus «centinelas». La Biblioteca León Tolstoi de Las Rozas lleva 15 años siendo espacio de cultura y centinela de los tesoros que alberga: los libros.
La Biblioteca León Tolstoi fue inaugurada el jueves 10 de abril de 2008, convirtiéndose en una de las bibliotecas más grandes del noreste de la Comunidad de Madrid y una de las mejor dotadas en servicios culturales.
«La biblioteca que hoy inauguramos es el mascarón de proa de un gran proyecto cultural que culminará con el Teatro de la Ópera» anunciaba, ante el numeroso público asistente, el entonces Alcalde, Bonifacio de Santiago, en el acto de inauguración de la primera fase del denominado Gran Centro de Las Artes, que debía completarse con un gran teatro auditorio y una sala de artes plásticas.

Un Centro de las Artes «fuera de lo normal»
Leemos en la prensa de la época cómo Bonifacio de Santiago afirmaba en aquella inauguración que cuando concibió el Gran Centro de Las Artes, cuya primera fase era la Biblioteca León Tolstoi, encargó «hacer algo fuera de lo normal que, además, atendiera las demandas culturales del pueblo con mayor número de universitarios de España«, añadiendo que aquel día era para él «un día feliz», porque «edificios como éste llenan las aspiraciones de cualquier alcalde» (infolasrozas.com 10/04/2008).
Dos kilómetros para albergar cientos de libros
La nueva biblioteca León Tolstoi estaba dotada con dos kilómetros de estanterías, con capacidad para cien mil documentos y cerca de setecientos puestos de lectura, y venía a sumarse a las otras dos bibliotecas existentes en el municipio, una en el centro del mismo y la otra en Las Matas.
Junto al entonces Alcalde, Bonifacio de Santiago, y la concejal de Cultura, Isabel Grañeda, al acto de inauguración de aquel 10 de abril acudieron, la Subdirectora General de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, María Jáudenes, y el arquitecto artífice del proyecto, Luciano Díez Canedo.
Díez Canedo diseñó la biblioteca en tres plantas, destinada la primera a la consulta y referencia de monografías, al servicio de préstamo y una sala de actos; la segunda planta albergaba la Sala de Las Artes, con puestos de lectura, colección de libros de Arte y el Archivo de Obra Gráfica Original; mientras que en la planta baja se ubicaba la Hemeroteca, y la sala infantil y juvenil. La parte oriental del edificio, tal y como informaba la revista municipal de aquel año, estaba destinada a un gran espacio «que se destinará a Sala de Estudio con una capacidad para 280 usuarios y que permitirá ampliaciones de horarios». Unas aperturas excepcionales donde muchos de nuestros jóvenes han preparado, desde entonces, sus exámenes.

Moscú como denominación de origen
El nombre con el que fue bautizada la tercera biblioteca de Las Rozas hace referencia al célebre escritor ruso Liev Nikoláievich (León Tolstoi) considerado como uno de los más grandes autores de la literatura universal y autor de obras como Guerra y paz, o Ana Karenina. El Ayuntamiento decidió ponerle ese nombre debido al intercambio cultural que se mantenía por aquella época con Moscú.
León Tolstoi no desentonaba ni desentona con otros nombres de calles de alrededor como Camilo José Cela, José Echegaray, Octavio Paz o Gabriel García Márquez. Los libros de estos célebres escritores, como todos los libros que atesoran las bibliotecas de Las Rozas, son «salvavidas y eslabones» y «como Quijotes inversos, seguimos cuerdos gracias a nuestras bibliotecas» (Irene Vallejo).