El proyecto de rehabilitación de la Finca de la Talaverona, en la Dehesa de Navalcarbón, y la construcción de un complejo medioambiental que incluye, entre otras acometidas, unos huertos urbanos, comienza con un ‘No’. Un no a un aparcamiento para quince coches; un no para dos plazas para autobuses escolares; y un no para una zona de aparcamiento en el interior para uso de los vehículos de los servicios de mantenimiento. Más de medio centenar de vecinos de las urbanizaciones que lindan con la zona de la Dehesa, donde se están acometiendo las obras de los futuros huertos urbanos, han expresado su negativa a buena parte del proyecto municipal. Además del aparcamiento, para la construcción del complejo medioambiental se incluyen vallas y caminos perimetrales e interiores; canales de agua para abastecimiento de los huertos; y las instalaciones de saneamiento y alumbrado.
El ‘no’ a todo ello fue la respuesta que recibió de primera mano el concejal de Medio Ambiente, Jaime Santamarta, en la explanada donde iría el aparcamiento del complejo municipal. Al encuentro con el edil roceño acudieron vecinos de las urbanizaciones colindantes. Eran las siete y media de la tarde del 28 de julio y hacía calor. El ejercicio de intentar hablar, debatir y llegar a consensos acaloró aún más el ambiente. Esta en juego mantener la calidad de vida de la que gozan hasta ahora, no solo éstos vecinos, sino todos los roceños. Y si hay que pasar calor haciendo ese ejercicio, se pasa.

Rehabilitar una zona degradada de la Dehesa de Navalcarbón
Jaime Santamarta informó a los vecinos allí reunidos que uno de los objetivos de este complejo medioambiental es rehabilitar la Finca la Talaverona, «muy degradada» y que da cobijo, a «botellones», entre otras actividades que deterioran la zona. También explicó que la construcción de unos huertos urbanos «es una demanda de vecinos y asociaciones» y que conllevará beneficios medioambientales, «respetando al máximo el entorno». Aseguró que «se trata de crear una zona abierta a todos los roceños sin ánimo de perjudicar a los de El Montecillo». Santamarta quiso trasladar «tranquilidad» y despejar dudas ante «las barbaridades que he leído». El concejal de Medio Ambiente aseguró que «no se va a recalificar la Dehesa, ni se va a asfaltar, ni se va a cerrar el paso de acceso desde la calle Clara Campoamor». Santamarta añadió que el proyecto inicial ha sido revisado y modificado «adecuándose a las necesidades de los ciudadanos», de ahí los cambios con respecto a dichos accesos. El edil roceño apuntó además que «se pueden hacer más modificaciones».
«No queremos tráfico en la Dehesa»
En cuanto al aparcamiento en la zona, el concejal cree que ubicarlo en la explanada de entrada a la Dehesa por la calle Clara Campoamor es más idóneo que hacerlo en la propia vía. Sin embargo, aunque ya se habría tomado esa decisión, su ubicación final «no es definitiva» según el edil. Los vecinos allí reunidos criticaron duramente esta decisión y le recordaron que el Ayuntamiento en su momento les aseguró que no iba a haber ningún aparcamiento. Algunas voces sugirieron como alternativa la explanada que hay junto al cercano supermercado Mercadona o incluso el ya existente aparcamiento al lado de la Ermita. Aunque los vecinos intentaron arrancar al concejal un compromiso para que no se llevara a cabo la construcción de dicho aparcamiento, solo consiguieron un «no tengo la intención de que haya un parking» por parte de Santamarta.
El edil roceño intentó explicar además, la necesidad de una zona de aparcamiento para uso de los operarios de medioambiente en el interior de la Finca la Talaverona. Los vecinos también se negaron al entender que se trataría de dejar la puerta abierta al tráfico rodado. «No queremos que haya tráfico entrando en la Dehesa, ni dentro ni fuera. No queremos coches en Navalcarbón», le insistieron al concejal.

Unos huertos urbanos polémicos
Aunque la demanda de huertos urbanos no es nueva y cuenta con el apoyo, según Jaime Santamarta, de gran parte de los roceños, su ubicación no parece que contente sobre todo a los vecinos más afectados, aquellos cuyas viviendas están más cercanas al lugar elegido. Tampoco vallar perimetralmente la zona, más allá de la Finca la Talaverona, es una medida que goce con el visto bueno por parte de los roceños que acudieron al encuentro con el concejal, más bien todo lo contrario. «Acoten lo que ya está vallado, esto es, solo la finca», solicitaron a Jaime Santamarta.
La reunión entre vecinos de la calle Clara Campoamor y calles aledañas terminó incluso con alguna voz contraria a los huertos urbanos en la Dehesa de Navalcarbón. Unos huertos urbanos que irán acompañados de viveros, aulas de naturaleza, un centro de interpretación medioambiental y sendas interpretativas.
Dos horas después del inicio de la reunión entre vecinos y concejal, el calor comenzó a ‘disiparse’. Mientras, ajenos o no a aquella concentración, otros vecinos seguían disfrutando de uno de los entornos naturales de mayor arraigo en Las Rozas como es la Dehesa de Navalcarbón.