Llegó el momento de la fusión Bankia-CaixaBank. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado por fin el visto bueno a esta operación. Tal fusión se condiciona a que se cumplan una serie de compromisos dirigidos a solventar algunos riesgos para la competencia que se observan en determinadas zonas. Entre estas zonas se encuentra Las Rozas.Con la unión de CaixaBank y Bankia nace un banco que se sitúa a la cabeza del segmento de la banca minorista y en el que el Estado contará con una participación del 16%. A estas alturas ya todos parecen reconocer que siguen disminuyendo las posibilidades de recuperar los 22.424 millones de euros que Bankia recibió la pasada década en ayudas públicas. Si bien, sobre el papel, tales posibilidades siguen pasando por el cobro de dividendos o la venta del paquete que posee el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Pero el motivo de este artículo en Meet Las Rozas no es analizar si la operación dificultará aún más que ese dinero vuelva a las arcas públicas. Tampoco sus consecuencias laborales para los más de 7.000 trabajadores que serán despedidos. Estas líneas tienen por objeto describir la forma en que la fusión afectará a los consumidores desde un punto de vista de la competencia. De hecho, la CNMC ha considerado que la fusión supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos de la banca minorista.

Oficinas de CaixaBank y Bankia en Las Rozas
Oficinas de CaixaBank y Bankia en Las Rozas

Menos competencia

La reestructuración que ha experimentado el sector bancario español desde el comienzo de la crisis financiera en el año 2008, ha dado lugar a un escenario en el que se ha producido una intensa reducción del número de competidores, incrementándose la concentración del mercado.

El aumento de la concentración bancaria en nuestro país, pese a que en 2008 partía de un nivel por debajo de la media europea, en la actualidad supera esa media y nos acercamos peligrosamente a los umbrales que definen un mercado oligopolístico, en donde los intereses de los clientes pueden verse comprometidos.

Los datos son elocuentes. En el año 2019 el Banco Central Europeo ya advertía de que Banco Santander, BBVA, Sabadell, CaixaBank y Bankia copaban el 68,5% de la cuota de mercado. Ahora la fusión de las dos últimas eleva esta cuota de forma significativa.

Elevado poder de mercado

Por lo que respecta al mercado de sucursales, la CNMC ha analizado, oficina por oficina, todos los códigos postales en los que las partes solapan sus actividades. El organismo regulador ha identificado un total de 86 códigos postales en los que el nuevo banco quedará en una situación de monopolio o en situación de duopolio expuesta a una débil presión competitiva.

De esta forma, tras comparar los productos y condiciones ofrecidas a los clientes tanto por Bankia y CaixaBank como por el resto de entidades bancarias, se ha concluido que la nula o reducida competencia concederá al nuevo banco un elevado poder de mercado que podría influir en su comportamiento con los consiguientes efectos negativos para los consumidores.

Oficinas de CaixaBank y Bankia en Las Rozas
Oficinas de CaixaBank y Bankia en Las Rozas

Duopolio en Las Rozas

Las Rozas es uno de los lugares que podría sufrir tales efectos. En concreto nuestro municipio se incluye dentro de los 65 que quedará en situación de duopolio, por lo que la CNMC ha propuesto una serie de compromisos que el nuevo banco deberá cumplir. En lo que se refiere a Las Rozas, algunos de esos compromisos consistirán en que la entidad deberá ofrecer sus productos, al menos durante tres años, en condiciones sustancialmente iguales o no peores a las que está ofreciendo en los lugares en donde la entidad tenga más competidores.

Tampoco podrá cobrar, durante ese mismo plazo de tres años, comisiones a los clientes que proceden de Bankia por realizar operaciones de ventanilla, pero siempre y cuando esa operación ya fuera gratuita para el cliente. 

Si hasta hace muy poco tiempo la CNMC no consideraba que el proceso de concentración bancaria recomendado por las autoridades europeas supusiera un peligro para nuestro mercado, la magnitud de esta operación parece que le está obligando a cambiar de criterio. Y no olvidemos que la adquisición de Banco Sabadell por parte de BBVA estuvo a punto de materializarse el pasado año, sin que puedan descartarse nuevos movimientos en un futuro cercano.

Mientras tanto, el cliente minorista continúa desempeñando un papel de espectador. Asiste a un continuo cambio de siglas y rótulos, a la vez que comprueba como ya no puede encontrar ningún banco en donde no le cobren comisiones de mantenimiento por el mero hecho de abrir o mantener una cuenta.