Los espacios cerrados con una ventilación inadecuada constituyen un importante foco de propagación del coronavirus a través de los aerosoles. Aunque llevemos puesta una mascarilla y hayamos cumplido con la higiene de manos, el tiempo que pasamos en un lugar cerrado, el número de personas con las que lo compartimos, la distancia que nos separa y cómo interactuamos puede incidir en el riesgo de contagio. Por este motivo, las autoridades sanitarias recomiendan controlar la calidad del aire en estas estancias y airearlas con frecuencia para disminuir las posibilidades de transmisión.
Ahora que los rigores del invierno no invitan a mantener las ventanas abiertas de par en par, los medidores de CO2 se han convertido en una herramienta muy práctica y útil para indicar cuándo es necesario ventilar un espacio cerrado en el que se produce una reunión de varias personas.
Estos dispositivos son capaces de detectar los niveles de dióxido de carbono generados por el aire que exhalamos al respirar. El nivel del aire exterior es de 400 partes por millón (ppm), de modo que un valor entre 500 ppm y 700 ppm sería considerado como aceptable en interiores. En caso de llegar a 800 ppm, entonces ya sería obligatoria la ventilación, dado que la alta concentración de CO2 indica un mayor riesgo de contagio.
Aire limpio para aumentar la seguridad
Desde comienzos del mes de noviembre, los centros educativos y las asociaciones de personas con discapacidad del municipio, cuentan con alguno de los más de 300 medidores de dióxido de carbono adquiridos por la Concejalía de Sanidad de Las Rozas para ayudarles a mantener una buena calidad del aire en sus instalaciones y reforzar así la seguridad de sus alumnos y usuarios.
Según los responsables municipales, “no resulta necesario instalar un medidor en cada clase, ya que se pueden utilizar las denominadas ‘aulas testigo’, que permiten definir el comportamiento de la concentración para espacios similares en superficie y ocupación”.
Después del reparto de los medidores en los centros escolares, se distribuirán también por todos los edificios municipales con atención al público. Cumplirán su función no solo en el propio ayuntamiento, sino también en todas las concejalías ubicadas fuera de la casa consistorial, como Cultura, Servicios Sociales, Innovación o Juventud, pasando por las salas de estudio de las bibliotecas, gimnasios de los polideportivos, auditorios, Escuela de Música y Danza, Policía y SAMER-Protección Civil, entre otros.