Clara Campoamor, Concha Espina, Concepción Arenal, Gabriela Mistral, María Moliner, María Zambrano, Mercedes Formica… son algunas de las calles con nombre de mujer que ilustran el callejero de Las Rozas. Pocas, muy pocas si las comparamos con el reguero de nombres masculinos que forman parte de la nomenclatura callejera roceña. Tan solo medio centenar de féminas. Y si descartamos el nombre de vírgenes y santas, apenas supera la treintena.

Cada vez son más las voces que reivindican y rescatan del olvido a un buen número de mujeres que han sido silenciadas o apartadas de la historia. Se buscan referentes femeninos al igual que los hombres han sido referentes en nuestra cultura y sociedad. Mujeres que han destacado en las humanidades y en las ciencias. Pero también en labores sociales, humanitarias, y en derechos y libertades.

El Montecillo tiene nombre de mujer

En la zona de El Montecillo en Las Rozas es donde se concentra un buen número de calles con nombre de mujeres que por diferente razón han cruzado el paso de la historia. Clara Campoamor, Marie Curie, Emilia Pardo Bazán y María Moliner son cuatro de las calles que vertebran el lugar. Junto a ellas Concepción Arenal, Mercedes Formica, Concha Lagos, María Blanchard, Gloria Fuertes o Elena Fortún.

Las calles del Montecillo de Las Rozas hablan de lucha por la igualdad de derechos. Ahí está Clara Campoamor, una de las impulsoras del sufragio femenino durante la Segunda República Española. O Emilia Pardo Bazán y su defensa para que todas las mujeres pudieran acceder a la educación, para que aquellas como Concepción Arenal no tuvieran que vestirse como hombres para acudir a la Universidad, pues las leyes no permitían su acceso a mediados del siglo XIX. Concepción Arenal consiguió esquivar aquellas normas que negaban la enseñanza universitaria a las mujeres, pero no consiguió matricularse en la Facultad de Derecho, ni realizó examen ni obtuvo título alguno. Sin embargo, dejó entreabierta una puerta por la que se colaron con el tiempo otras muchas mujeres que si consiguieron ser iguales a sus compañeros de pupitre.

Calles con nombre de mujer

Una de ellas fue Mercedes Formica, de las primeras españolas graduadas en Derecho. El franquismo no fue un obstáculo para que esta abogada consiguiera que se reformara por primera vez el Código Civil español. Un código en el que se incluían puntos que denigraban a las mujeres. Mercedes Formica abrió el debate sobre el estado legal de la mujer casada. En la década de los cincuenta, en plena dictadura, las mujeres maltratadas por sus maridos que quisieran separarse de ellos, perdían cualquier derecho sobre su casa y sobre sus hijos.  Mercedes Formica defendía que la vivienda era propiedad de la familia y que quien debía abandonarla era el maltratador, fuera quien fuera el violento, sin distinción de sexos. Mercedes Formica defendía al cónyuge inocente. Franco la escuchó y poco tiempo después reformó más de medio centenar de artículos del Código Civil.  

El intelecto no entiende de géneros

Las calles del Montecillo de Las Rozas nos hablan también de Ciencia hecha por mujeres. Nombres de mujeres como Marie Curie, la primera científica en recibir el Premio Nobel. En 1903 recibió junto a su marido, el de Física, por sus investigaciones sobre la radioactividad. Tres años después se convirtió en la primera mujer catedrática en la Universidad de la Sorbona y en 1911 su descubrimiento sobre la radioterapia como tratamiento contra el cáncer, le valió de nuevo el Premio Nobel de Química. También en eso, en conseguir dos veces el Nobel fue la primera.

El Arte y la Literatura también recorren las calles del Montecillo. La gran dama del cubismo, María Blanchard, como se refieren a ella los entendidos en Bellas Artes, da el toque vanguardista a las calles de Las Rozas, y plasma al tiempo el de la tolerancia, aquella que solo encontró María Blanchard en el París de principios del siglo XX, pues su deformidad física, su joroba, pasaba desapercibida en el mundo parisino, pero no en la España de su época, donde su estilo vanguardista y su deformidad le eran hostiles.

Calles con nombre de mujer

El personaje de Celia creado por la escritora Elena Fortún en una serie de libros infantiles en la década de los años treinta, puede que habite entre los libros de alguno de los vecinos de esa calle. Hablar de Elena Fortún es hablar no solo de cuentos para niños, sino también de feminismo, de inclinaciones sexuales ocultas por la intransigencia social de la España que le tocó vivir. Es hablar de valores y de narraciones dramáticas como las que se vivieron durante la Guerra Civil española, donde el personaje de Celia describe con toda su crudeza las atrocidades cometidas por ambos bandos. La obra de Elena Fortún es un hito de la literatura infantil y, Celia y su hermano Cuchifritín, parte de la infancia de muchos de los vecinos de Las Rozas.

Nos quedamos con las ganas de saber más sobre las vidas y obras de las mujeres aquí mencionadas y de todas aquellas que ocupan un lugar en el callejero del municipio. Lo haremos. Les haremos un hueco individual en Meet Las Rozas a cada una de ellas porque sus historias bien merecen ser contadas una y otra vez. Porque sus nombres deben seguir dando vida a nuestras calles.