Ayuno intermitente. El metabolismo del organismo en su conjunto presenta variaciones derivadas del ciclo de alimentación que se lleva a cabo en las sociedades que, por suerte, comen todos los días. Por este motivo, en medicina se distinguen dos situaciones metabólicas claras.

Por un lado, el estado de ayuno. Un periodo de tiempo transcurrido entre las comidas. En esta situación, el más claro estado de ayuno es el tiempo transcurrido entre la “última cena” y el “desayuno”. En el mundo en que nos movemos los españoles, la duración media de este periodo de ayuno es de unas 8 horas (terminación de cenar a las 23 horas y desayuno a las 7 de la mañana en periodo laboral). El ayuno se puede dividir en función de la duración: de corta duración (< 24 horas); media duración (de 24 a 72 horas); de larga duración (superior a 72 horas).

Por otro lado, el estado alimentario: periodo de tiempo después de haber comido. Siendo la principal, la “comida”, es decir, entre las 14 y las 15 horas, este periodo es el que trascurre después. ¿Pero qué significa el adverbio después? Literalmente, inmediatamente. Pero, fisiológicamente, significa unas horas más tarde (desde 1 hora a 4 horas, según lo que se haya comido).

Nuestro aparato digestivo procesa los nutrientes básicos (proteínas, lípidos y carbohidratos) y los envía al hígado, convirtiéndose este órgano en una “central energética” que funciona de diferente manera en los dos estados definidos anteriormente.

En estado alimentario, almacena carbohidratos en forma de glucógeno: un “montón” de glucosas unidas como si fuera un collar y cada perla una molécula de glucosa. Aunque parezca paradójico, también libera glucosa a la circulación para que sea utilizada por cerebro, riñón y músculo y posibilita el almacenamiento de grasa en el tejido adiposo.

Representación esquemática del papel del hígado en el metabolismo. Recibe todos los alimentos desde el aparato digestivo y los distribuye, a través de la circulación, a todo el organismo

Es decir, en estado alimentario, el organismo en general y el hígado en particular adopta una respuesta “inteligente”: almacenar la energía, ya que los seres vivos no siempre disponen de alimentos para poder llevar a cabo sus funciones vitales.

Durante el ayuno que se produce de forma habitual, el organismo reacciona de la siguiente manera:

-El hígado libera a sangre glucosa a través de la acción contraria a la anterior descrita. Es decir, rompe el collar, liberando las perlas a la sangre. Las moléculas de glucosa son esenciales preferentemente para el cerebro

-El tejido adiposo se encarga de aportar ácidos grasos utilizados por el músculo y riñón. 

Concepto de ayuno intermitente

El ayuno intermitente es una forma de alimentación que está ganando popularidad. Pero, en realidad, es muy antiguo y se ha practicado y se practica en diversas sociedades por razones de salud, culturales y religiosas. Por ejemplo, en el sentido de cuidado de la salud, Hipócrates, uno de los padres de la medicina moderna, junto con Galeno, señalaba que «comer cuando se está enfermo es alimentar tu enfermedad«. Otros médicos de la ápoca griega pensaban que el ayuno mejoraba las capacidades cognitivas: «en lugar de usar la medicina, mejor ayunar hoy» (Plutarco).

Pero, es muy importante distinguir entre disminución de la ingestión de calorías y ayuno intermitente. Por tanto, hay que definir bien qué es el ayuno intermitente.

Definición de ayuno intermitente. Forma de alimentarse que tiene como objetivo no ingerir comida durante determinados periodos de tiempo, que van desde 12 horas a varios días. Por tanto, es:

-Voluntario.

-Tiene una duración fija. 

-Se consumen calorías regularmente los días de no ayuno.

Diversas formas

En la actualidad, la duración del ayuno determina que se pueda realizar de diversas formas. Particularmente, de las formas señaladas en la tabla que viene a continuación. Yo practiqué en un momento de mi vida, la señalada en rojo. La realidad es que duré un mes con mucho esfuerzo mental. He sido muy “tragón” y cuando me tocaba el día de ayuno (los miércoles) incompleto (comía fruta para disminuir la ansiedad), me ponía malo al ver cómo otras personas se zampaban un huevos rotos, por ejemplo. 

Tabla 1
¿Qué sucede en nuestro organismo cuando se realiza el ayuno intermitente? ¿Cuáles son los potenciales beneficios de realizar el ayuno intermitente? 

Aunque se ha esbozado en la introducción, a continuación se expone de forma un poco más detallada la fisiología del ayuno intermitente y, como consecuencia, su potencial efecto sobre la salud. 

Beneficios fisiológicos. Durante el ayuno de corta duración, se produce una “desviación lógica” del metabolismo, como se ha visto más arriba. Pero, esa “desviación del metabolismo”, ¿perdura en el tiempo de manera que acaba produciendo «un cambio metabólico» permanente que repercute positivamente en la salud?.

Los combustibles principales para obtener energía para la vida son la grasa y los carbohidratos, que en estado de reposo se “queman”, más o menos al 50 %. Esto lo hace el organismo a través de un ciclo metabólico denominado ácidos grasos/glucosa. Ciclo que, de forma sencilla, indica que cuando el organismo tiende a consumir mas ácidos grasos se reduce la utilización de glucosa.

Pues bien, es precisamente lo que puede suceder durante el ayuno intermitente. Al no suministrar alimentos, el metabolismo tiende a utilizar ácidos grasos (figura 2). Parece obvio que durante el periodo de ayuno no haya aporte de nutrientes. De manera que el hígado se ve obligado a liberar a la sangre glucosa, principal combustible para todos los órganos y tejidos y, especialmente, para el sistema nervioso. Es cierto que cada vez está ganando más protagonismo “fisiológico”, lo que en mis tiempos se denominaba “flora intestinal” y, en la actualidad, microbiota. Desde el punto de vista que nos atañe, la importancia de la microbiota radica en los siguientes aspectos:

-La estructura y función está directamente relacionada con la dieta, por lo que es una “entidad” muy dinámica que afecta, naturalmente a su “huésped”, el organismo.

-Presenta un ritmo circardiano, es decir, que cambia su función durante el ciclo sueño/vigilia. Por ejemplo, el vaciado gástrico y el flujo de sangre es mayor durante el día que en la noche. Por eso el refrán «de grandes cenas están las sepulturas llenas”.

Estado de “reposo intestinal”

Como resultado, durante el estado de ayuno intermitente de forma prolongada, se puede producir un estado de “reposo intestinal”. Estado que podría hacer que disminuyera la entrada de toxinas y su posible efecto inflamatorio; así como contribuir al control del sobrepeso.

Figura 2

Perjuicios fisiológicos. Es cierto que los animales pasan bastante tiempo en ayuno y, como consecuencia, la naturaleza está preparada para estas circunstancias. Porque, aunque las reservas de ácidos grasos son considerables (9000 gr equivalentes a unas 82.000 Kcal), el gasto de energía (liberación, transporte y utilización) también lo es. Por este motivo, cuando se prolonga el ayuno o bien se realiza de forma incorrecta, el hígado convierte los ácidos grasos en unas estructuras químicas denominadas cuerpos cetónicos.

Las ventajas de estas estructuras son indudables: facilidad de transporte pues son solubles en agua; y muy rentables, pues es “energía” circulante muy utilizada por cerebro y músculo.

Pero también tienen desventajas, ya que potencialmente pueden hacer que la sangre se vuelva ácida; y su formación es muy dependiente de un equilibrio de hormonas en el páncreas.

Prescripción y control médico

Ciertamente, son más los beneficios de la formación de cuerpos cetónicos, siempre y cuando no se sobrepase de forma continua el estado de ayuno. En la tabla 2 se muestra la utilización de combustibles cuando se prolonga en exceso el estado de ayuno. A partir del 3° día el tejido adiposo incrementa la liberación de ácidos grasos, que al llegar al hígado, estimulan la formación de cuerpos cetónicos. A lo largo del periodo de ayuno se produce un descenso de la utilización de glucosa por el cerebro. Al mismo tiempo, aumenta el consumo de cuerpos cetónicos por este tejido en una proporción de aproximadamente el doble. Así mismo, se produce la reducción drástica de la degradación de proteínas musculares, constituyendo para el organismo un verdadero mecanismo de autodefensa. Al mismo tiempo se produce un descenso de la utilización de la glucosa. En situaciones extremas, descenso de la formación de glucosa y la producción de urea pueden desencadenar un estado de coma. Lógicamente, nada de esto ocurre si se realiza el ayuno intermitente bajo prescripción y control médico.

Tabla 2. Combustibles utilizados en función de la duración del estado de ayuno
Combustible utilizadoAyuno 3° día (gr/día)Ayuno 30° día (gr/día)
Cerebro   
Glucosa   
Cuerpos cetónicos

100
50

40
100
Otros tejidos
    Glucosa

50

40
Tejido adiposo   
  Degradación de ácidos grasos

180

180
Tejido muscular   
  Degradación de proteínas

75

20
Hígado (eliminación)  
    Glucosa    
  Cuerpos Cetónicos
 
150
150

80
150

En resumen, el ayuno intermitente puede ser interesante para:

-Programas de pérdida de peso mediante periodos de tiempo que no son muy prolongados. Frente a los métodos de restricción calórica, pueden inducir un “cierto cambio metabólico” que mejora la composición corporal del cuerpo.

-Una herramienta para la defensa contra el  Covid, según este artículo.

-Una herramienta más para la lucha contra el cáncer, como se describe en aquí.

-Mejora del metabolismo del cerebro y, potencialmente, puede intervenir en problema neurodegenerativo, como se sugiere en esta publicación.